sábado, 31 de marzo de 2012

De qué hablo cuando hablo de Música (3)


En esta tercera entrada quiero hablar también del momento en que te deja indiferente, pues, como ocurre con todas las Artes, no siempre se tiene el ánimo adecuado o la obra en sí no te conmueve.
El martes pasado fuí al Auditorio: Concierto para violín de Beethoven (su único concierto para este instrumento y compuesto a petición especial de su amigo Franz Clement para un acto benéfico de Navidad). La Orquesta de  la Comunidad de Madrid, dirigida por el austríaco Leopold Hager. Como solista, el vienés Benjamin Schmid, un músico a mi modo de ver preodigioso por cómo llevó a cabo la inusitada dificultad de sus solos (Beethoven era experto en complicar las partituras, ya se sabe de qué manera se rebelaban los músicos durante los ensayos).

Sea porque mi posición un poco alejada en un lateral me impedía verlo bien o porque no es de mis piezas preferidas, no me dejó el alma alborotada. Eso si, he de reconocer que el Larghetto y el Rondo Allegro, que quedaron unidos sin pausa, fueron interpertados sin mácula, tanto por el solista como por la orquesta.
Después del intermedio, la 4ª Sinfonía de Brahms. Brahms me gusta siempre. Siempre me viene bien al oído. De la 4ª especialmente el II movimiento, un pizzicato amplio de todas las cuerdas mientras suenan los vientos del Andante moderato. Una delicia.
Si, sin ninguna duda estuvo muy bien la orquesta, el solista y el maestro, pero no sé qué me faltaba a mi.
De eso hablo también cuando hablo de Música.

miércoles, 28 de marzo de 2012

Unas notas musicales

Por fin mi hermana me ha sacado las notas musicales de una cancioncilla que de pequeña me hacía llorar; sonaba en una tabaquera de madera negra, de principios de siglo, que mi madre había heredado de los abuelos. Un pirindolo en la parte alta hacía girar seis puertecillas, que se abrían mostrando innumerables agarraderas doradas para puros y cigarrillos. Preciosa la caja y dulcísima la melodía:
Mi fa sol. Do mi re do. Do re do. Si si si. Si do re. La do si. Sol si la. Sol do re la sol .
La he grabado para que suene en mi móvil y si lloro, pues lloro.

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Las cigüeñas de la grúa avanzan piano-piano en la construcción de su casa. A simple vista parece que van por el sótano y el domingo las pillé enfrascadas en una buena trifulca con otra, que las rondaba sobrevolando su conato de nido en grandes círculos, quizás queriendo aprovecharse de su trabajo. Tactacatacatá...¡aquéllo sonaba a palabrotas de peón caminero!

miércoles, 21 de marzo de 2012

Las cigüeñas


Desde la ventana de mi casa, interponiéndose al suave azul del embalse, se ve una grúa de obra abandonada hace mas de un año. Es muy alta y poderosa. Ahora se han instalado sobre ella un par de cigüeñas parlanchinas, me atrevería a decir que recién enamoradas, por el afán que muestran construyendo su primera casa. Porque han decidido morar allí, sobre la carga giratoria de un esqueleto de hierro, a treinta metros del suelo. Me pregunto qué sienten cuando un día despiertan mirando al pantano y otro mirando al pueblo, pues el viento las trae y las lleva a capricho como una noria de feria.
Estos días de fiesta me ha despertado el crotorar de sus picos laboriosos con el que iniciaban la jornada de albañilería. Se lo he perdonado de mil amores; ahora, de nuevo en Madrid, las echo de menos y estoy ansiosa por comprobar sus avances hogareños. ¡Quién sabe de lo que son capaces en cuatro días de ausencia!

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Toda la noche lloviendo en Madrid, incluso un ligero manto de nieve nos ha dado la bienvenida de mañana.

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Dijo J.P. Richter que el recuerdo es el único paraíso del cual no podemos ser expulsados.

jueves, 15 de marzo de 2012

De qué hablo cuando hablo de Música (2)

Unos días atrás, con el mismo título, hablé de Sir John Gardiner en Madrid; en esta segunda entrega hablo de compartir con quien disfruta de ella, de la Música, sea ilustrado en la materia o no. Evito usar la palabra "entendido" porque en este caso me resultaría ofensivo no aplicarlo a alguien sólo por no haber estudiado vida y milagros de los clásicos, o no entienda de octavas, impromptus o síncopas.

Hace poco llevé a mi sobrino a un concierto de Beethoven y Schumann (ojalá hubieran estado ambos en carne y hueso, ya puestos). Mi sobrino toca el piano como si hubiera sido abducido por el mismísimo Mozart, así que no perdió detalle del Concierto para piano nº 2 de Beethoven. De reojo le ví el gesto de pisar el pedal al tiempo que lo hacía el solista, Iván Martín. Y si hubiera sido menos comedido, seguro que habría tecleado sobre sus piernas el Allegro con brio. Pero el chico es recatado de por sí y no hace aspaviento alguno.
Fabulosos los tres movimientos.
Después, la Sinfonía Renana nº 3, de Schumann.
Si me extendiera hablaría de sus cinco movimientos, uno a uno, pero no es plan, así que tengo que destacar el I. Lebhaft, es decir, brioso, en forma de sonata.Todo el ajetreo rural de las orillas del Rhin parecía dispararse de la orquesta; dice Clara Schumann en su diario que un paseo campestre al son del agua cristalina inspiró a su marido el II movimiento. El III suena a la espera de la cosecha -nicht schnell-, ni un ruído. Hay acordes de valses meciendo la hierba, el oído, los pies de quien los escucha.
IV y V  son pura manifestación de la fé en un canto triunfal. Hay quien califica al V como "la bóveda" de la construcción. Por algo será.
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A mi sólo me queda respirar profunda y lentamente-aunque a veces me estalle el corazón-. Puede que, a solas, me atraque de Mozart, Shumann, Bruckner, Brahms...Puede que los oiga en el coche, en el salón de mi casa, en la Sala Sinfónica...Sea como sea me encanta compartir también mis pensamientos y mis placeres cuando hablo de Música con quien quiera oir hablar de ella.

lunes, 5 de marzo de 2012

Unos días fuera y en suspenso

Me marcho unos días fuera, a reconquistar tierras de Flandes.
Pondré una pica y el estandarte de Castilla, aunque allí suene peligroso nombrar al duque de Alba.
Fuera historias y literaturas, abandono Madrid sólo 5 días, para reunirme con los cisnes de un lago, mis sobrinos, una calle comercial arriba y abajo iluminada por esas lluvias que ahora tanto añoro...
A mi vuelta, justito al poner los pies en suelo fiel, me espera un nuevo concierto de piano y orquesta; espero que me dé para otra entrada musical como la anterior.
Dejo en suspenso "De qué hablo cuando hablo de Música 2 y 3".
Que tengáis todos una felíz semana.