martes, 10 de agosto de 2010

El microcosmos del verano


Creo que el verano es un microcosmos en el que se concentran todos los acontecimientos de la vida, solo que en poco tiempo y en alta densidad. Una especie de agujero negro del universo cuya elevadísima fuerza gravitatoria engulle sin piedad cuerpos y almas.
Desde que comenzó el verano no hago mas que despedir a los que salen de viaje y dar la bienvenida a quienes llegan de vacaciones. Es decir, tengo bien a mano la garganta en un nudo y los ojos inundados, sea por alegrías o por tristezas, y saludo y me despido en varios idiomas como si fuera una guía turística. Todo ello en mes y medio. Ya digo: alta densidad al borde del colapso. El Big Bang inmisericorde.
Acabo de despedir a mi familia holandesa, que comienza el curso a mediados de agosto, saltándose a la torera nuestras costumbres mediterráneas. Tengo el agujero negro en el estómago y las mareas lunares ahogando mis pupilas...
Me voy en busca de mi vaso de Nocilla, para secar mis lágrimas entre sus brazos rebosantes de leche, cacao, avellanas y azúuuucar.