miércoles, 2 de julio de 2008

Shalom


Ya he vuelto de Israel.

Mejor será que no consulte mi moleskine de viaje porque sus páginas aún me devuelven el atolondramiento de cien lugares visitados a carrera diaria: Nazareth, Belén y su impresionante muro palestino, el Mar Muerto, el lago Tiberíades, el Santo Sepulcro, el desierto de Judea, la fortaleza de Massada, etc, etc.

Me preguntaban hoy si había sentido en algún momento ese escalofrío que recorre la espina dorsal de casi todo católico cuando visita la tumba de Cristo. No. Y el establo donde nació. No. Y la casa de la Virgen María. No.
Y es que ¿cómo meterse en escena cuando encima de cada lugar histórico-sagrado han edificado sucesivas iglesias, dejando sepultados los pocos vestigios que quedaron de una vida, XXI siglos atrás? La imaginación ha de estrujarse en un alarde de virtuosismo para visualizar una crucifixión en el Gólgota, ahora que el monte está allanado y camuflado bajo una impresionante basílica que aúna, en pocos metros, cruz y sepulcro.

Me resultó mas fácil, en cambio, en el rio Jordán, porque sus aguas verdes y sus riberas afortunadas conservan aún la naturaleza que bien pudiera tener en aquellos dias. El guía tuvo la deferencia de dejarnos unos minutos libres para tocar esas aguas bautismales y recrearnos en el paisaje, aunque, como bien sabíamos todos los allí presentes, nosotros no estábamos en calidad de peregrinos, como otros grupos parroquiales con los que nos cruzábamos por doquier, con la cruz a cuestas y sus rezos.

El hecho de entrar en Belén es, cuanto menos, impactante. Es territorio palestino y como tal, se halla rodeado de un colosal muro de hormigón y alambrada espinosa, como la corona de Cristo, quién se lo íba adecir a Él : 2008 años después su cuna inocente lleva también el estigma que coronó su frente al morir.
Los judíos tienen prohibido poner el pié en Belén, así que cambiamos momentaneamente nuestro guía por otro musulmán, justo antes de cruzar la frontera. Sólo visitamos la iglesia ortodoxa que ahora rige el pequeño "portal" subterráneo donde se supone que nació Jesús. Y vuelta a cruzar la frontera de regreso. Esta vez subieron a inspeccionar el autobús, primero un soldado palestino con gafas de espejo macarriles y metralleta en mano, y luego un par de soldados israelíes, sin gafas, pero también armados hasta los dientes.

Sobre el cielo de Nazaret, de nuevo el ejército nos recordó que estábamos en tierras conflictivas: nos sobrevolaron tres aviones caza a baja altura, de maniobras, y unos segundos después se escuchó una especie de bombazo que dejó en la llanura, junto a la ciudad, un humo negro, delator del tiro. Todo normal allí, nadie entre los autóctonos se inmutó ante este hecho, y los foráneos optamos por mimetizarnos con ellos y tomar como cotidiano lo que en nuestro país sería alarmante. Y es que en Israel es así, se convive con la prevención mas absoluta sin reflejar miedo, y los extranjeros, por tanto, no sienten miedo. La convivencia entre judíos, musulmanes y cristianos es perfecta; podría contar varias escenas vividas entre las callejuelas de la ciudad vieja, los saludos mas o menos cordiales entre los comerciantes árabes y los fieles judíos en su paso hacia el Muro de las Lamentaciones. O las charlas de los retenes israelíes en sus interminables guardias con los camareros musulmanes, que abrían sus bares en el sábado sagrado de los hebreos.

No quiero extenderme en detalles cansinos de estos dias pasados en Tierra Santa, pero sí contar algo singular entre las singularidades que ofrece ese país. En el Muro de las Lamentaciones hay situadas tres cámaras que transmiten en directo, 24 horas al dia, imágenes de la plaza en una página de internet:
La noche del sábado me hallaba allí, sentada al fresco de una noche que nos bendecía por haber soportado casi a diario 44 ºC. Lo que ocurría ante mis ojos parecía envuelto en un halo sereno, beatífico; oleadas de orantes entraban y salían del recinto, algunos cantando bonitos cánticos en hebreo, otros en silencio, con sus hijos de la mano. Llamé a una de mis hermanas que vive fuera de España y le propuse conectarse a la página, para que contemplase esa escena única. Y así, en tiempo real, me localizó en la pantalla y compartimos mirada y emociones durante unos veinte minutos. Es difícil encontrar palabras que describan , medianamente, lo que todo ello significó.
Nota 1: encabezando el texto, a mano izquierda, una foto del sol iluminando el Lago Tiberíades (o Mar de Galilea). Sobre sus aguas, cuenta el Nuevo Testamento, caminó Jesús sin hundirse. A mano derecha, un grupo de niños judíos ortodoxos hacen un descanso en la escuela matutina a la que acuden cada Shabat. Pude tomarles la foto porque estaban muy ocupados entre sí como para prestarme atención. No les gusta que se les fotografíe.
Nota 2: acabo de enterarme, por televisión, de un atentado en Jerusalén. Un bulldozer ha arrollado todo lo que encontraba a su paso, provocando 4 muertos y mas de 30 heridos. Al mirar bien las imágenes he comprobado que ha ocurrido en la parte trasera de mi hotel, el Moriah, donde daba mi habitación. Allí había obras de remodelación de una gran avenida que separaba la acera de un barrio judío. Me he quedado muda.
Shalom, Israel.


20 comentarios:

ANTONIO SERRANO CUETO dijo...

Bienvenida, Mery. Veo que has aprovechado muy bien el viaje y te agradezco estas primeras impresiones, muy ricas para quienes no hemos tenido tu suerte. Pero qué terrible infierno, qué terrible castigo el de esa tierra. Menos mal que la violencia ha respetado tu estancia...

Javier dijo...

No claro si es normal, al final el día a día de esas tierras se impone a cualquier otra sensación, además no te veo así como?¿, ....... muy mística, más bien te veo terrenal, jejejejejeje, ¡¡¡ Bienvenida !!!

Anónimo dijo...

¡¡¡Mery, querida!!! Todo lo que tenía que decirte ya te lo he dicho, vous savez ;), pero insisto, ¡¡cuánto me alegro!!, de que te lo hayas pasado bien, de que te haya gustado, de que hayas salido sana y salva, de que hayas vuelto ya...Un ruego, ¡escribe un libro! Un libro de viajes, "Israel"...Mil besos, Mery, mil besos

LA MAMI dijo...

Nenaaaaaaaaaaa, que bonito, y que bien que estes de vuelta, sana y salva. Me encantaria ir a recorrer todos esos parajes, pero soy extremadamente miedosa, no se si lo resistiria. Ole por ti, que has tenido el valor.
Ha debido de ser fascinante. Yo espero algun dia poder ir a tierra santa... quizas cuando dejen de pelearse.
Un besazo y lo dicho Bien venida

Galder Reguera dijo...

Bueno, que el regreso a la rutina sea lo menos duro posible. Siempre queda un trocito de nosotros allá donde hemos viajado. Piensa que al menos tú lo dejaste en Tierra Santa, así que ya te puedes considerar con propiedad un poco "divina".

Yuria dijo...

Ir a Tierra Santa es uno de mis sueños. Adoro a Jesús de Nazareth por su testimonio de amor. Tantas construcciones, como nos cuentas, creo que lo desvirtúa, pero mejor que haya basílicas encima que cuarteles,... Qué conflictos en Tierra Santa, qué paradoja.

Felicidades por tu viaje. Descansa.

Manuel Amaro dijo...

Qué envidia, chiquilla!!!!!!
Realmente fuerte lo del atentado cerca de tu hotel. Para poner los pelos de punta.
Besos!!!!!!!

enrique dijo...

Shalom, mery.
Un placer leer tus impresiones de Tierra Santa, esa tierra tan compleja. Tengo muchas ganas de visitarla, precisamente para visitar los lugares que nos comentas. Y te entiendo perfectamente cuando comentas tus sensaciones en esos lugares; tanta edificación sobre ellos les ha debido de dejar sin contenido.
Lo que cuentas de Belén es graficamente impactante.
Y el atentado que no lo viviste por poco, aterrador.

Cuenta Julián Marías en sus memorias que siendo estudiante de la universidad madrileña, en el verano de 1933 se embarcó en un crucero por el mediterráneo, junto con condiscípulos y profesores. Lo cuenta además en un libro titulado Juventud en el Mundo Antiguo, escrito con un compañero apellidado Del Real; el que fue su mejor amigo y el que por envidia le delató después de la guerra civil, lo que le costó a Marías la cárcel franquista. Pero eso es otra historia.
Cuenta Marías que estando en Jerusalém, en el santo sepulcro, le pidió a Dios una vida larga y llena de experiencias y contenido: a fe que le fue concedido.
Extraña tierra, origen de todo.
Impresionantes las webcam del muro de las lamentaciones.
Gracias.

Juan Antonio González Romano dijo...

Interesantísimo comentario, amiga Mery. No he estado en Israel, pero entiendo perfectamente tus reflexiones acerca de los lugares santos; al ver fotos de ellos he tenido esa misma idea: nada queda de lo original, y eso resta emoción.
Me alegro de tenerte de vuelta.

Anónimo dijo...

Intenso relato, con la pasión, la ternura y el buen juicio que te caracterizan. Bienvenida, Mery.

Miroslav Panciutti dijo...

Tierra de conflictos, sí, y además desde siempre. Me alegro de que no te hayan tocado y de que lo hayas pasado bien. Un beso.

Mery dijo...

Me alegra veros de nuevo por aquí tras mi vuelta.
Sobre el tema del atentado he de decir que me dejó muy sosprendida, pues, aunque los israelíes viven con el ojo avizor permanentemente,uno camina por su tierra con tranquilidad. Supongo que es la llamada "Tensa calma".Cuando alguno de nosotros preguntábamos por su situación, invariablemente nos respondián con el tema ETA: ¿ustedes llevan su dia acogotados por ETA, tienen miedo en la calle, en su quehacer cotidiano? Pues igual nosotros.

En fin, un país interesante, sin duda. Ahora bien, mejor visitarlo en el mes de marzo o abril (nada de verano). Y en Semana Santa ni pisar por allí, que los peregrinos hacen inviable dar dos pasos seguidos.

Un abrazo a todos

Anónimo dijo...

Cuando escuché el atentado pensé en ti, pero no dijeron nada de que hubiese ningún herido español, así que respiré tranquila, aunque triste, como siempre que escucho un tema de este tipo.
Inteligente reflexión sobre el muro de "espinos" o la alambrada en relación con la corona de Jesús.
Un beso de bienvenida.

Anónimo dijo...

Releo esta entrada que ya, el mismo día de su aparición, leí: no muy bien por el cansancio de mi pequeño viaje desde Gójar. Es un espléndido reportaje. Gracias...

Max dijo...

Buuufff también me has dejado mudo al contar lo del atentado junto al hotel en que te hospedabas!!.
Por lo demás, todas las historias religiosas sobre tierra santa, no acabo de creérmelas. Principalmente nunca he creído en las religiones y la manera en que se han ido modificando y manipulando según los intereses de unos y otros.
De cualquier manera siempre es bonito conocer sitios nuevos y recorrer mundo.

Bienvenida y gracias por la excelente crónica.

Bsssss Mery

José Ignacio Lacucebe dijo...

Me alegro que vuelvas a estar en casa sana y salva.
No me sorprende el comentario que haces respecto al encuentro de un cierto pasado. Todos los lugares, que se consideran santificados, son objeto de mercantilismo, y poco proclives a respirar y oler el pasado.
Me alegro que en el Jordán tuvierais un reposo. Para mi es el mejor momento de la vida de Jesús de Nazaret. En esas aguas se confirma su compromiso, deja atras su condición humana para entrar en la "historia", de la humanidad, de la salvación, de los derechos humanos, del misterio.
Fascinante el encuentro interactivo con tu hermana.
Hasta pronto

supersalvajuan dijo...

con lo que cuentas, parece que estuviste una temporada en el Infierno. ¿Israel el pueblo elegido por Dios? Supongo que tengan su recompensa.

Mery dijo...

Supersalvajuan: en absoluto ha sido un infierno mi estancia allí. Espero no haber dado esa impresión en mi mini-crónica.
Ha sido interesante, y reitero una vez mas que nunca tuve sensación de miedo en Israel.Ni yo ni nadie con los que hablé, de diferentes países.

Soboro, Antonio, Compartimos, Max, encantada de veros y leeros, y gracias.

Don Cogito dijo...

vengo de la pagina de counter-revolutionary....

oye, muy interesante tu blog!...
pero (no sé si será mi ordenador) pero no puedo ver le Muro de las Lamentaciones, ¿no hay otra forma de verlo "live"???

Muchos saludos

Mery dijo...

Don Cogito, no sé decirte lo del Muro. Sólo conozco este enlace.

Vienes de muy buen lugar, bienvenido siempre. Un saludo