jueves, 13 de mayo de 2010

Cadenas bienaventuradas


A la hora de la siesta, con cierta somnolencia y un té verde con cereza en la mano, me entretengo pensando cuántas cosas he dejado encauzadas en esta semana que está por acabar.

Es a mediados de mayo cuando dejo por fin solucionado lo que me quitaba el sueño en diciembre. Ahora veo con meridiana claridad la relativa trascendencia de los actos, de los comportamientos humanos, la relatividad del tiempo; la relatividad de la vida, al fin y al cabo.
Cinco meses que han transcurrido como un soplo de viento africano, porque el aire trajo consigo infinitos granos de arena. Se me nubló la vista pero no consiguió cegarme el camino ese dañino aire del desierto.

Hoy llego a buen puerto, fatigada de una travesía que parecía interminable en sólo cinco lunas, y, como decía Borges en su poema: "Las formas de la nube en el desierto. Cada arabesco en el calidoscopio. Cada remordimiento y cada lágrima. Se precisaron todas esas cosas para que nuestras manos se encontraran".

Después de encontrarse nuestras manos- no cinco, sino miles de lunas atrás- con tus dedos me diste el bálsamo que todo lo cura, y es un director de banco o un abogado, o una casa cerca del mar y unos pasos que atraviesan calles y continentes.
Quizás siempre lo he sabido aunque jamás lo haya escrito: hay cadenas bienaventuradas que sólo atan a fuerza de generosidad. Y amor. Benditas sean siempre.


8 comentarios:

El Deme dijo...

Las mejores cadenas son las que unen en vez de atar. Espero que nos estés hablando de las primeras.

Olga Bernad dijo...

Hay cosas y personas a las que merece la pena encadenarse, hay cadenas de acontecimientos que nos hacen avanzar inexorablemente. Que cada eslabón te siga ayudando.
Besos.

Аmanecer dijo...

Esas cadenas son las que siguen marcando la ruta a ese buen puerto que tu describes, solo que a mi me faltan aùn algunas lunas, por llegar.
Mientras no me dejen esas manos, llenas de generosidad y amor, tendrè esa fuerza para seguir navegando hasta buen puerto.

Si, benditas sean siempre!!
Besos y muchos màs.

Mery dijo...

Deme: en efecto, hablo de esas cadenas que casi ni se sienten porque unen como un lazo de seda (suena cursi, qué le vamos a hacer).
Un beso

Olga: has cogido perfectamente el sentido de esta entrada, pues en ella van reflejadas dos tipos de cadenas: las afectivas y los acontecimientos encadenados que nos llevan a un lugar, a una situación.
Lista y delicada, si señora, como siempre.
Un beso, casi de medianoche.

Amanecer: una alegría verte por aquí. Deseo de corazón que lleguen a tu vida cuantos eslabones amorosos sean precisos y que seas muy felíz. Siempre.
Un beso

Javier dijo...

La verdad es que llegando tan tarde, y leyendo los comentarios uno se queda sin poder decir nada. Pero lo importante es seguir avanzando y apoyándonos en aquellos que sabemos y nos demuestran que están ahí de corazón.

Juan Carlos Garrido dijo...

Aunque los acontecimientos parezcan encadenarse, es nuestro afán quien los guía, pues hay muchos caminos para llegar al mismo destino.

Saludos.

enrique dijo...

Todo, desde el ADN, es una sucesión de cadenas...

Mery dijo...

Pe-Jota: estoy de acuerdo contigo. Un beso

Sombras: no sé si a los acontecimientos los guiamos nosotros o ellos nos llevan de la mano. Imagino que la vida, los otros y nosotros, vamos entrelazando actos y creando cadenas.
Un beso

Enrique: tan incisivo siempre: hasta el ADN es un eslabón tras otro que nos hace ser lo que somos.
Un beso