sábado, 8 de mayo de 2010

La alegría


Un comienzo, un medio y un fin: no hacer nada sin alegría, parafraseando a Montaigne.

¿Será posible?
Y... ¿un poquito probable?

8 comentarios:

Manuel Amaro dijo...

Y cuando no estés alegre, finge estarlo.
A veces incluso te lo llegas a creer.

Mery dijo...

Pues puede que a algunos les resulte lo que propones. Al menos, en lo que fingen, se olvidan de ser desgraciados.
Un abrazo, Manuel.

Olga Bernad dijo...

Tanto como fingir, no; pero esforzarse un poco no viene mal.
Te dejo alegremente un saludo nocturno de los acostumbrados (y no me ha costado ningún esfuerzo;-)
Buenas noches, Merymorena.

Juan Carlos Garrido dijo...

Al menos es posible no hacer nada por hacer.

Saludos.

José Miguel Ridao dijo...

Lo veo poco probable, Mery. Tenemos demasiadas servidumbres que nos obligan a hacer cosas que no deseamos. Lo que hay que intentar es ir librándonos de ellas. Por otro lado a veces estamos tristes sin remedio, y algo tenemos que hacer mientras tanto.

Un beso.

enrique dijo...

Se intenta, cara mery, se intenta...

Javier dijo...

Es que si algo no te motiva, no vale ni tan siquiera moverse, esa ha sido siempre mi máxima. Uno ha de creer en lo que hace, lo cual no está reñido con la disciplina.

Mery dijo...

Olga: una vez mas yo también te respondo a horas acostumbradas, horas brujas. Ojalá podamos hacer cada vez mas cosas con alegría.Una de ellas es contestar a vuestros comentarios.
Un beso, Olga-morena

Sombras:...no hacer nada por hacer. Eso me recuerda una canción de Bosé: " hacer por hacer, o mas bien deshacer, si hacerlo mal o hacerlo bien.."

Un beso

José Miguel: me gusta la palabra que has empleado "servidumbre" , porque se ajusta perfectamente a la realidad de los que tenemos esta edad madura. Sería estupendo, un sueño, que incluso las servidumbres inexcusables se pudieran afrontar con alegría.
Por utopía que no quede.
Un beso

Enrique: tu tienes buen talante, seguro que tus intentos dan sus frutos con cierta facilidad. Así lo deseo, sobre todo.
Un beso

Pe-Jota: un comentarista anterior, José Miguel, habla de servidumbres. Creo que ciertas obligaciones impuestas cuestan mucho de llevar con alegría. Por supuesto que incluso esas imposiciones se deben llevar de acuerdo a la personalidad de cada uno, y eso que con frecuencia es tan difícil...
Pero en fin, intentemos siempre creer en lo que hacemos. Seríamos mucho mas felices y estaríamos en armonía con nosotros mismos.
Un beso