sábado, 22 de mayo de 2010

Las buenas maneras


Cosas buenas habían de tener aquellos tiempos antiguos, no tan lejanos como suponemos a veces. En algunos aspectos, basta mirar unas cuantas décadas atrás, pocas y, por ende, muy relativas en el tiempo.
Digo ésto pensando en la falta de respeto generalizada que se observa alrededor, esa falta de educación básica que no va en absoluto unida a la ignorancia ni a la falta de medios económicos.

Me encuentro a diario con situaciones que se repiten y me ponen malita-malita, y me hacen desear una vuelta a las buenas costumbres que parecen haber muerto para siempre.

Se me ocurre algún ejemplo muy común:

- se abren las puertas del ascensor, entra alguien nuevo, y no dice ni mu. Como si el habitáculo fuera cargado de hologramas mudos que suben y bajan plantas a lo largo del día.

- Sales del vagón de metro y te encuentras en el andén una muralla humana ansiosa por entrar, cuerpos de ladrillo que no dejan un mínimo resquicio para bajar en tu parada. No te queda mas remedio que avanzar pidiendo perdón, como si tuya fuera la culpa, o soltando codazos sin contemplaciones. ¿Hemos de volver a colocar esos cartelitos educativos: "antes de entrar dejen salir"?

- También están esos adolescentes perdonavidas que llaman de tu a los ancianos, al profesor, a una monja a la que preguntan la hora por la calle. ¿Se perderá sin remedio la fórmula sencilla y adorable del usted?

- Y ya, lo que me supera del todo, es ver tirar papeles en la acera: un cajetilla arrugada de cigarrilllos, el envoltorio de un helado y la servilleta que lo acompaña, un kleenex sucio, pipas...

Los mataría a todos con mi espada de Luke Skywalker.
Vale, no pega una dama decimonónica con una espada sideral, pero ¡ es tan efectiva !

12 comentarios:

El alegre "opinador" dijo...

¿Educación? ¿Y eso qué es? Mery, hija, estás pasada de moda... Ahora "mola" hacer lo que a uno le dé la gana cuando y donde le de la gana. Lo de que la libertad de uno acaba donde empieza la de los demás (me lo decían a mí desde pequeño) es de la prehistoria. Yo, en ese sentido soy prehistórico... Me revienta la mala educación dominante y no le veo remedio a corto plazo. Está de moda ser un gañán. ¡Qué pena! Tratar a los demás como quieres que te traten a ti ya no es una máxima universal. Hoy en día parece la gilipollez de un antiguo... Seguiré siendo antiguo.
Besos.

El alegre "opinador" dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
El alegre "opinador" dijo...

He suprimido uno de los comentarios porque salía repetido (me ha dado error la primera vez).
Besos.

Mery dijo...

Alegre opinador: creo que tu también necsitas una espada de Luke Skywalker. Llenemos esta España nuestra de un "ejército de la buenas maneras".
Un buen comentario el tuyo, desde luego. Bienvenido
Un beso

Manuel Amaro dijo...

Hoy no me gustan las espadas.
Aunque una espada de luz... ahhhhggg, es irresistible para un bicho como yo.

enrique dijo...

Mery, en efecto lo que falta es educación. Básica.
Pero me da que tenerla o pedirla es algo políticamente incorrecto y hasta franquista.
En estos tiempos atroces...

Javier dijo...

Cómo te entiendo, yo trabajo de cara al público, y esto se ha convertido en un horror, la grosería y la vulgaridad son el pan nuestro de cada día, y pretenden decirnos que eso es impostura y contrarrevolución, cuando es mera y obscena vulgaridad, que ni tan siquiera es tan obscena como para ser tenida en cuenta, en el fondo es vulgar mediocridad conjugada con bastante ignorancia y soberbia, lo malo es que este fenómeno se ha contagiado a personas de 40 y 50 años, con lo cual el efecto grotesco se ve acentuado, hay días que cogería un katana y armaría una escabechina, acabo por poner cara de cuatro y abstraerme, al fin de cuentas se que no dirán nada que valga la pena ser escuchado. Pero de vez en cuando la vida nos regala con personas que piensas de dónde habrán salido y recuperas un poco la fe.

Miroslav Panciutti dijo...

Me parece que coincidimos en este asunto. No creo que se trate sólo de "buenos maneras", sino que tan frecuentes muestras de incivilidad son signo de algo bastante más grave. Por si te apetece, hará ya bastante escribí un post en tu misma onda: http://desconciertos3.blogspot.com/2007/08/catlogo-personal-de-comportamientos.html

Juan Carlos Garrido dijo...

Esto es lo que ocurre cuando se "educa" (¿educa?) siguiendo la ley del mínimo esfuerzo (y el mínimo tiempo invertido), la prueba de que Rousseau se equivocaba y no existe el buen salvaje, sino salvajes sin apellidos, y que buena parte de lo que somos se debe a la educación que ahora tanto escasea.

Saludos.

Mery dijo...

Amaro: una espada de luz es muy poderosa. Para tus relatos viene que ni pintada, anda, hazte con una.
Un beso

Enrique: me fastidiaría mucho que confundieran educación y buenas maneras con franquismo o cualquier ideología política. Esto es una lucha titánica, bien lo sabemos.
Un beso

Pe-Jota: trabajar cara al público es una muestra cotidiana de lo que hablamos hoy aquí. Entiendo ese horror del que hablas, de manera que, cuando te encuentras con gente educada, se te antojan ángeles de otro mundo.
Ánimo con ese día a día. Un beso

Miroslav: voy a mirar tu entrada, seguramente ya la leí en su día, pero allá voy. Un beso

Sombras: has tocado un punto que va de la mano: la ley del mínimo esfuerzo. También va unido a la recompensa: no hay recompensa, no me muevo ni un paso. Daría para mucho que hablar estos asuntos encadenados.
Un beso

Gracias a todos y felíz semana

Olga Bernad dijo...

A mí me gusta llamar a la gente de usted, lo hago por respeto, no por considerar viejo a quien le aplico el tratamiento. Al contrario, cuanto más me gustan, más remarco el usted. También es que me gusta que el paso al tú tenga motivos, como si avanzases en la amistad, no sé, como si te acercaras poco a poco. Pues créete que algún señor de cincuenta años se me ha enfadado y todo. O te contestan de tú y se acabó esa gracia. En fin. Y nadie me llama nunca de usted, sólo Enrique de vez en cuando;-)
Pues tengo una espada láser de las pequeñas que me dieron con un japimil de Adrián. Cualquier día la saco del bolso y les doy un susto, con toda confianza;-)
Que pase usted una buena tarde, señorita.

Mery dijo...

Olga: eres una suertuda, al menos tienes espada, aunque sea mini. Yo ni eso.
Te alabo el gusto por el "usted"; yo también lo utilizo siempre por respeto y, si mas tarde hay que salvar esa barrera, se salvará con muchísimo agrado.
Un beso y que tengas dulces sueños