Está visto que no siempre manda uno sobre sí mismo, o al menos no la parte de uno que pretendía tener potestad para ello.
Este verano leí el primer volúmen de la trilogía de Naguib Mahfuz, titulada "Entre dos palacios". Sus cuatrocientas y pico páginas me cautivaron, quizá por esa atracción que siento tan a menudo hacia esos libros en los que aparentemente no sucede mucho, cuyo argumento transcurre lento y sereno como cauce de arroyo llano. Acabé, como digo, cautivada de su lectura y no sé por qué me enfrasqué demasiado deprisa en otra lectura de cariz opuesto por completo. Una novela escrita por un japonés, plagada de costumbres propias del sol naciente.
No pude aguantar mas de diez páginas, consciente del choque interno que me producía cambiar de la cultura egipcia a la japonesa en un abrir y cerrar de ojos. La facilidad física con que uno cierra un libro y abre otro no se corresponde con el beneplácito y aquiescencia de nuestro corazón. Sentía desazón, malestar y...un profundo sentimiento de infidelidad.
Imposible luchar contra eso, me dije.
A los pocos días ya me había hecho con la segunda parte de la trilogía egipcia, de manera que ahora me hallo de nuevo felizmente cobijada entre las calles de El Cairo. Y qué bien se está.
Este verano leí el primer volúmen de la trilogía de Naguib Mahfuz, titulada "Entre dos palacios". Sus cuatrocientas y pico páginas me cautivaron, quizá por esa atracción que siento tan a menudo hacia esos libros en los que aparentemente no sucede mucho, cuyo argumento transcurre lento y sereno como cauce de arroyo llano. Acabé, como digo, cautivada de su lectura y no sé por qué me enfrasqué demasiado deprisa en otra lectura de cariz opuesto por completo. Una novela escrita por un japonés, plagada de costumbres propias del sol naciente.
No pude aguantar mas de diez páginas, consciente del choque interno que me producía cambiar de la cultura egipcia a la japonesa en un abrir y cerrar de ojos. La facilidad física con que uno cierra un libro y abre otro no se corresponde con el beneplácito y aquiescencia de nuestro corazón. Sentía desazón, malestar y...un profundo sentimiento de infidelidad.
Imposible luchar contra eso, me dije.
A los pocos días ya me había hecho con la segunda parte de la trilogía egipcia, de manera que ahora me hallo de nuevo felizmente cobijada entre las calles de El Cairo. Y qué bien se está.
9 comentarios:
Esto me pasa a mi también (¿quizás no tan a menudo de lo que quisiera?) pero en este caso estás de suerte, Mery: si cada volúmen de la trilogía tiene más o menos el mismo número de páginas, ahí tienes para disfrutar de Mahfuz y de su El Cairo para un buen rato... Por cierto, tomo nota de esta obra para futuras lecturas- gracias! PD: Ah! Y me gusta este nuevo formato de tu blog...
A mí me ocurre que la lectura me la marcan los libreros: ya van cinco libros consecutivos que, después de encargarlos en la casa del libro o en fnac, al cabo de un mes me anulan el pedido. Supongo que soy un bicho raro.
Mientras tanto, a sobrevivir de la biblioteca pública y megaupload.
Saludos.
Oye, no me he leído nada de él, qué vergüenza. Pero, tal y como lo pones, lo mismo nos encontramos por el Cairo, yo quiero estar allí con vos y no aquí, ay;-)
Muaks!
Sara: te recomiendo la trilogía al completo, visto lo visto. El primer libro se titula "Entre dos palacios". Y si, es verdad, anoche mismo cambié el formato, coincidiendo con el inicio del otoño.
Gracias y un beso
Sombras: entiendo muy bien lo que dices, en busca del libro perdido, podría llamarse eso. A veces recurro a Iberlibro, en internet, y me lo mandan de lugares lejanos, incluso de América, allá donde lo tienen entre sus almacenes mas recónditos.
Un abrazo
Olga: cualquier momento es bueno para dejarse seducir por este Premio Nobel.Yo lo he descubierto tarde, no te apures.
Mas quisiera yo poder recorrer esas calles (con vos seguro que sería una aventura estupenda), por ejemplo en el mes de octubre o noviembre, para pasar menos calores. Pero como bien terminas tu comentario...ay!
Que la vida nos llama...
Un beso, mañica
A todos nos pasa, siempre he penado que la lectura es más complicada de lo que aparenta, al final acabarás leyendo aquello que dejaste, pero a su debido tiempo.
Si, Pe-Jota, todo encuentra su acomodo en tiempo y espacio.
Por ahora sigo con el tercer libro de Mahfuz.
Un abrazo
A mi también me ha pasado, bastante recientemente, lo de ir explorando autores orientales, salir un poco de los clásicos de siempre, y llevado de la mano de un amigo y con eso de los nobeles, leí la trilogía de Mahfuz que describes tan bien. Pensaba hacer una mini-reseña en mi blog recién iniciado porque es un libro de verdad a recomendar.
No he leído más de él, pero si te estás metiendo por Oriente lee a Orhan Pamuk - Me llamo Rojo p.e. - y a Salman Rushdie, sí, el de los Versos Satánicos - mi favorita es Children's Midnight, te va a sorprender, tan bien escrita. Ah, y de los japoneses tienes que leer Silence de Shusaku Endo, no es que te vaya a reconciliar con los japoneses, te va a reconciliar con la literatura universal.
Pet: ante todo bienvenido y bienhallado. Te diré que a Pamuk ya lo tengo en espera y lo abriré en breve, pues ya he terminado la trilogía.
Pasé por tu blog y dejé unas palabras en tu recomendación de "Silence", pues he visto que está publicado en español por Edhasa.
Seguiremos en contacto, por mi parte encantada.
Un abrazo
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