martes, 14 de julio de 2009

La sabionda sin pies


De vuelta en el tren de Murcia, donde me habían dejado mis buenos amigos tras pasar unos beatíficos días en su casa de Almería, me enfrasqué en las Confesiones y Memorias de Heinrich Heine.
Cuenta Heine que, perdidos sus derechos de autor en las reediciones de su obra De l´Allemagne, y dado que consideraba criminales los errores que había hallado a posteriori, no le quedaba otra solución que incrustar un prólogo aclaratorio purgando sus faltas. El prólogo me parece excelso, pero sería interminable colocar una entrada con todo él.
Me tomo la licencia de transcribir algunos párrafos a sabiendas de que, al propio Heine, le parecería estupendo que alguien recordara esta expiación algún siglo después:
"....Además, en la Biblia hay historias muy bellas y curiosas, que valdría la pena que se tuvieran en cuenta; por ejemplo, justo al principio, la historia del árbol prohibido del paraíso y la serpiente, la pequeña catedrática que ya, seis mil años antes del nacimiento de Hegel, refirió toda la filosofía hegeliana. Esa sabionda sin pies demostró con mucha agudeza cómo lo absoluto consiste en la identidad de ser y conocer, cómo el hombre se convierte en Dios a través del conocimiento o, lo que es lo mismo, cómo Dios llega a tener conciencia de sí mismo en el hombre. Esta formulación no es tan clara como las palabras originales: ¡ si habéis disfrutado del árbol del conocimiento, seréis como Dios !
De toda la demostración la señora Eva sólo comprendió una cosa: que la fruta estaba prohibida, y porque estaba prohibida, comió de ella, la buena mujer. Pero, apenas acababa de comer de la seductora manzana, perdió su inocencia, su ingenua espontaneidad; vió que estaba demasiado desnuda para una persona de su posición, la madre de tantos emperadores y reyes futuros, y pidió un vestido. Claro que sólo un vestido de hojas de parra, porque por aquel entonces aún no había nacido ningún fabricante de seda de Lyon, y porque en el paraíso tampoco había maquilladoras ni modistas.
¡Oh paraíso, qué curioso! ¡ En cuanto la mujer tiene conciencia pensante, su primer pensamiento es un vestido nuevo ! ..."

13 comentarios:

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Que buena e interesante lectura Mery, y en un tren.

Creo que Eva no perdió la inocencia con la manzana.

Heine, es un genio.

Un abrazo.

ANTONIO SERRANO CUETO dijo...

La verdadera falta de Eva, que es la de toda la raza humana, no es la lujuria, sino la curiosidad. La curiosidad es el pecado y es el castigo. Eva es la Psique de Apuleyo, a quien la curiosidad le dio luz en las tinieblas. Besos (desde otro lugar de Murcia).

José Miguel Ridao dijo...

Muy bueno el texto de Heine. Lo que no veo muy claro es cómo purga sus errores. Un beso, Mery.

tecla dijo...

Mery qué alegría después de tantos días sin leerte.
Nosotras siempre pensando en los vestidos nuevos. Y eso que en tiempos de Eva no existían las rebajas.
Muy divertido.
Un abrazo.

Madame X dijo...

Pensar en un vestido es de pura lógica. Cuestión de supervivencia. En pelotas el acoso masculino nos hubiera impedido centrarnos en menesteres mucho más trascendentales :-)

Como siempre, una exquisita elección. Y una exquisita provocación, diría yo.

Cuánto te echo de menos.

Un beso.

Mery dijo...

Javier, efectivamente la lectura en un tren tiene un encanto añadido. A veces me imagino esos ferrocarriles de antaño, donde entraba carbonilla por las ventanas, manchando las páginas abiertas de un lector.
Un beso

Antonio: tus sabias palabras clásicas son siempre una flecha certera en estos parajes. Espero que tu estancia muriciana sea placentera al máximo.
Un beso

José Miguel: realmente en estas palabras no se aprecia la expiación de Heine, pues renuncié a escribir todo su prologo, pese a lo interesante del asunto. Heine alude a pasajes bíblicos después de unos años de alejamiento religioso y de negaciones mas o menos desdeñadas posteriormente. Por eso hilvana filosofía y religión...pero imposible transcribir aquí todo el meollo.
Otro libro que te encantaría, por cierto. (cuando acabes con la trilogía de Larsson, jajaja).

Un beso, sevillano

Tecla: gracias por encontrarle ese punto de humor al texto. ¿Te imaginas las rebajas en el paraíso? Precisamente era el Édén por no haber rebajas ni nada.
Un beso

Madame: has hilado fino con la psicología de Eva. Con el acoso del macho hubiera sido otro cantar y la Biblia nos hubiera sorprendido por otros derroteros. No quiero ni imaginármelo.
Qué sesera tienes, señora mía.
Un beso, otra vez desde estas tierras de la meseta pura y dura.

Antonio González dijo...

Me alegro, Mery, de que hayas blogresado. Y ahora te pregunto: ¿todo lo que sigue al signo de dos puntos y aparte es de Heine? Es que pones comillas de apertura, pero no de cierre. Y no sé cómo interpretar...

Mery dijo...

Antonio: corregido el asunto de puntuación que puede dar lugar a confusiones. Todo, desde el inicio de las comillas, hasta el finalde la entrada, es obra y gracia de la pluma de Heine. Gracias por tu matización.
Un beso

Miroslav Panciutti dijo...

Heine, me temo, no entendió a Eva o cuando menos la minusvaloró. Porque, en efecto, el conocer y el ser son sólo facetas de la misma unidad y, también en efecto, es la curiosidad lo que nos hace lo que somos, algo mucho más grandioso que los bobalicones del Paraíso antes de la manzana. En ese sentido, la serpiente es la verdadera redentora de nuestra especie y el mito del Génesis un mero invento reaccionario de los sacerdotes de todas las épocas para mantener sus privilegios (entre ellos, el desprecio a la mujer). Eva no es, en el fondo, una versión algo más bobalicona que la previa de Lilith, bastante más revolucionaria y, por tanto, inaceptable para los que luego dictarían las normas de lo correcto. Pero, por mucho que la suavizaran, no se atrevieron a quitarle el principal mérito, el de ser la que anima al bobalicón de Adán a transgredir y, por eso mismo, aventurarse en la senda del conocimiento, la única digna que existe. Claro que a eso le han dado en llamar pecado original. Un beso, lectora ferroviaria.

Javier dijo...

Jate tú y todo el mundo de complementos y aderezos que esto generó. Jajajajaja, nunca me lo habría planteado de esta manera.

Anónimo dijo...

Algo machistilla el comentario de Heine.
Besos.

Olga Bernad dijo...

Lilith se considera la primera malvada de la historia. Creo que siempre hay un fondo de perversión, desobediencia y frivolidad en los mitos femeninos, generalmente pensados con la parte masculina del cerebro. Tal vez una audacia y una lógica que siempre intentarán explicarse y explicarnos.
Besos, Mery, disfruta de tus viajes y sé mala (un poquito;-) que yo solo puedo ser ya buena...

Juan Carlos Garrido dijo...

Llegó el otoño, las hojas de parra comenzaron a secarse y... se inventaron las rebajas.

Saludos.