viernes, 17 de septiembre de 2010

Los viejos verdes


Yo creía que esa raza peculiar perteneciente a una generación reprimida ya era historia...
Ilusa descerebrada, qué poco conoces aún a la raza humana.
No sé qué ocurre a mi alrededor que ultimamente no hago mas que cruzarme - y lo que es peor, cruzar palabra - con viejos verdes a destajo. De la calaña mas rastrera, babosa, hedionda y chabacana.
Bastarán dos ejemplos para que se me entienda:
en el pueblo de la sierra donde paso parte del verano, hay un puesto de churros permanente, regentado por un padre y su hijo desde tiempos inmemoriales. Nunca había ído a comprar allí, pero en fin, hace una semana alguien me dijo que el dueño era oriundo de un pueblo cercano al de mi madre, y que le diera recuerdos del cura, D. Javier. Así que me planté delante de los churros y su cocinero y le hablé del asunto, contenta de ser mensajera entre paisanos.
No habían pasado treinta segundos y ya mis oídos vomitaban tras escuchar frases del tipo: las mujeres no quieren comer churros. ¿Ah, porque engordan? No, ricura, porque levantan el apetito sessual a ellas y sus maridos. Glups ( me decía a mí misma). Y el verderón continuaba: además, qué coño, la mujer tiene que tener tetas y culo, jajajaja. Buenas tetas y buen culo, jajajaja. Aunque mis churros no engordan ¿eh?
Así que lo dejé practicamente con la palabra en la boca y, por supuesto, ya me ha visto el pelo por sus pagos. Qué falta de educación y qué mal gusto; dado el percal del elemento mucho me extrañaría ver delante de su puesto ni una sola mujer, como no sea una primeriza incauta como yo.
Segundo ejemplo: en un pueblo de Burgos, hace un par de días. Escenario: tienda de capachos, miel y cacharros de barro. Detrás del mostrador un señor de unos 60 años, aparentemente educado pero demasiado parlanchín ( si os dáis cuenta, todo parlanchín acaba metiendo la patita en medio de su verborrea incontenida). En este caso soltó su baba apestosa cuando R y yo le hicimos un comentario sobre las botas de vino que descubrimos tras los serillos de paja. Si, si, son estupendas y duran toda la vida si se sabe cómo tratarlas...jejeje...porque una bota es como una mujer...jejeje...hay que cuidarla y usarla...jejjeje...usarla mucho. Ya me entienden.
Otro viejo verde que se quedó con la palabra en la boca. Lástima que ya le habíamos pagado.

12 comentarios:

Olga Bernad dijo...

No creo que desaparezcan nunca. Lo que pasa es que para todo hay que tener gracia y, a la vez, sentido común para comprender qué puede hacérsela a quien tienes enfrente y qué no. Tal vez estos hombres se la hagan a algunas de sus parroquianas pero se confundieron totalmente contigo, Mery.
De todas formas, no les hagas caso, no les compres churros pero no seas dura con ellos, angelicos, no lo pueden evitar. Seguro que fue verte y perder el oremus. No se puede estar tan guapa (que te vi en un reflejo especular;-)
Un beso

Manuel Amaro dijo...

Jajajajja, eso te pasa por estar macizorra. XD
Lo que me extraña es tu primer párrafo: "Yo creía que esa raza peculiar perteneciente a una generación reprimida ya era historia..."
Pero Mery, ¿en qué mundo te mueves?

ANTONIO SERRANO CUETO dijo...

Uf, vaya aprieto. Alguna amiga me ha dicho varias veces que seré un viejo verde, y eso que no tengo la diarrea verbal de tus protagonistas. Tendré que hablar seriamente con ella y recomendarle la lectura de tu post, no sea que tengamos equivocados el concepto. Besos.

Anónimo dijo...

Coincido con el comentario de Olga: hasta para ser viejo verde hay que tener "arte"... Algunos son adorables, Antonio, y quién sabe: quizás tu amiga se refería a estos últimos. Pero luego están esos otros babosos que producen asco - y esas dos escenas que descibes, Mery, me son (por desgracia) harto familiares....

Mery dijo...

¡ Ciudadanas del mundo, víctimas de los viejos verdes, UNÍOS !
Esto lo digo por Olga y Sara, que con toda seguridad saben muy bien de lo que hablo, jajaja.

Antonio: dudo mucho-muchísimo que te parezcas ni de lejos a estos seres babosos. Serás un buen admirador de la belleza (como sabe tu amiga) pero de ahí a lo otro, un mundo...

Amaro: no, si estas escenas salpican la vida de vez en cuando, pero como me han sucedido tan próximas ( alguna mas que me callo), no daba crédito.
Como dice Olga, esta raza verderona no perecerá nunca.

Un beso a todos.

Javier dijo...

Eso te pasa por gustarte leer en vez de ver la TV, en abierto, sino ya te hubieras percatado del percal, en la tele se oyen cosas bastante peores y jaleadas por presentadores y demás fauna. Un vómito, vamos para atrás.

Pedro Herrero dijo...

Ya debes saber que hay gente para todo. Hoy leía en el periódico la última salida de tono del duque de Edimburgo, quien preguntó a una joven escocesa si llevaba su ropa interior con los colores del clan correspondiente. Piensa que tu incomodidad ante semejantes ejemplares te vacuna contra ellos. Y que, por una simple cuestión de equilibrio, también hallarás en cualquier parte gente sensata que sepa apreciar y respetar la belleza.

Аmanecer dijo...

No solo usan ese vocabulario los viejos verdes, sino que algunos ( por no decir la mayorìa),desvisten con la mirada.

Por fortuna hay, quièn te quita ese mal rato.:XD

Besos.

enrique dijo...

Yo espero ser un viejo verde, pero desde luego no de esos que te has tenido que encontrar.
Yo me conformo con mirar y soneir para mis adentros...

Juan Carlos Garrido dijo...

Sin duda, ambos pensaban que estaban siendo simpáticos y ocurrentes.

Con razón, Protágoras afirmaba: "El hombre es la medida de todas las cosas" (aunque debiera haber dicho:"Uno mismo es el rasero del resto del mundo")

Un abrazo.

marinero dijo...

Creo que Mery tiene razón en lo que dice. No obstante, para otra perspectiva "idealista, imposible... romántica" (en palabras del autor), le recomiendo la lectura del relato de Leopoldo Alas, "Clarín", titulado "Un viejo verde", e incluido en su colección "El Señor y lo demás, son cuentos", de 1893. (Puede encontrarlo también, por ejemplo, en la recopilación de "Treinta relatos" clarinianos, publicada hace unos años en la Colección Austral).

Mery dijo...

Pe_jota:
lo de la tv, santo cielo, Dios nos coja confesados. Un beso

Pedro: lo del duque de Edimburgo es una gracieta que quiso hacer el señor, y como toda gracieta, una patosada descomunal.Ya estamos curados de espanto, casi ¿verdad?
Un beso

Amanecer: tienes razón, lo de la mirada es otra cuestión difícil de soportar.
Un beso

Enrique: tu jamás serás de esta calaña..uffff. Gracias al cielo.
Un beso

Sombras: ni puedo imaginarme a estos energúmenos leyendo a Protágoras, por sacarle el chiste fácil a todo este tema. Seguro que se piensan que es un entrenador de fútbol.
Un beso

Marinero: no he leído el relato de Clarín que me recomiendas, pero toma nota encantada y te lo agradezco.
Un beso