sábado, 21 de junio de 2008

Ya llegó


Estos calores repentinos es que no me sientan nada bien. Cuando suelto aquí y allá que ojalá volvieran las lluvias, la gente me mira de reojo con el ánimo soliviantado, porque todo el mundo está deseando irse a la playa a tomar baños de sol y mar. Muy lógico. Tampoco me vendría mal sumergir el cuerpo en agua salada, y que el alma se aligerara igualmente de su peso.
Me pregunto si alguna vez he recaído en la ligereza del espíritu simple y llano ¿cuándo lo tuve, si es que quizá lo tuve?
Dentro del mar me despojo primero de la parte de arriba del bikini, luego la de abajo, y de súbito, zas, mi cuerpo se torna libre, liviano sin esa mitad de kilos que parecen haberse llevado las olas a una lejanísima orilla. Que allí se queden para siempre.
Si el corazón pudiera soltar lastre con la misma detreza que mi mano suelta las tiras del traje de baño. ¡Zas! fuera dos, tres, pongamos seis kilos de decepciones, llantos, añoranzas, ausencias. Todos a veinte millas, junto a los otros kilos de mi cuerpo.
¿Es, quizás eso, lo que los poetas llaman viajar ligero de equipaje?
Es que a mí estos calores no me sientan del todo bien, y menos cuando los paso en Madrid, donde no hay olas que me liberen con un beatífico ¡zas!
Acabo de llamar a mi madre, y su voz sonaba con un hilo muy fino de vida. He sentido la necesidad de estar junto a ella, en previsión de todo el tiempo en que tendré que vivir algún dia sin ella. Mamá, le he dicho, esta noche duermo contigo. Muy bajito me ha respondido: ah, pues vale. Y hemos colgado.

12 comentarios:

enrique dijo...

Ciertamente, prefiero el verano de lejos. Me encanta el calor y el sol. Creo que el frío es sumamente antipático y directamente anticonstitucional.
Feliz y calurosa noche de verano junto a tu madre...

Javier dijo...

Bueno prueba a hacerte unos largos en la bañera, jejejejeje, ahora bien añade algo de sal, no es por nada, sólo para crear ambiente. ;-)

No soporto el calor, yo me iría a Noruega.

WALLACE dijo...

Ves a acompañar a tu madre.

un saludo mery

Anónimo dijo...

Cuando te des uno de esos baños, que sea en Marbella y avísame. En el fondo, no me importa que estés casada... No seré yo quien hable de fidelidad.
La verdad, no sé por qué os empeñáis en vivir en Madrid, con lo bien que se está en la costa...

Max dijo...

Aprovecha estos momentos a tope, porque después como dices, ya será demasiado tarde para todas aquellas palabras que se quedaron en el tintero.

Buen fin de semana
ZAS!

jordi dijo...

Ven a mi invierno!! (el del descontento, ya sabes)

beso

Anónimo dijo...

A mí también me sienta fatal el calor, Mery. Y me gusta la playa como a ti, por el mar. Cuando nadas al fondo, donde no hay nadie, se apaga el ruido y las voces y te encuentras a solas contigo de verdad. Entonces puedes charlar con tu "yo" en alto, que nadie te va a escuchar.
Besos.

ANTONIO SERRANO CUETO dijo...

Nunca valorarás lo suficiente el tiempo que pases ahora con tu madre. Lo demás son zarandajas. Dale muchos besos, que se los llevará todos cuando se vaya.
Saludos.

Eugenia Maru http://lulurulitos.blogspot.com dijo...

A mí no me gusta eso de tirarme en la playa, pero sí me gusta contemplar el mar.
El agua me atrae, tal vez porque soy Piscis.

Trata de pasar el mayor tiempo con tu madre.... disfrútala mientras puedas.

un beso

Mery dijo...

Buenas noches:
es un placer leer vuestros comentarios, desde lo anticonsttucional del frio de Enrique, pasando por la Noruega de Pe-Jota, el mar marbellí de Octavio (allí iré alguna vez, no lo dudes), las cariñosas palabras de Soboro, Compartimos, Maru, Antonio y Wallace; el Zas de Max, (qué bien suena)y el invierno descontento de Jordi.

La Mami dice siempre "sois lo mejor de mi bolso". Yo copio su frase y la transformo en "sois lo mejor de este blog".

Besos

Xavier Adsuara dijo...

Me has recordado que hoy había pensado llamar a mi madre y no lo he hecho. Y ya es demasiado tarde; mañana, sin falta.

Por lo demás, a mí tampoco me sientan nada bien los calores. Un beso.

Mery dijo...

Miroslav....corre al teléfono.
Me alegra verte por aquí de vez en cuando, perezoso.
Un beso