domingo, 5 de octubre de 2008

Esas horas sagradas


Hay un momento del dia en que me encuentro en paz conmigo y con el mundo, sin importar lo que haya tenido el mundo de bueno y de malo, o yo de mala o de buena. Tampoco interfiere en mi calma si estoy aquí o allá, sola o acompañada. Nada lo inmuta, con nada se altera.
Las últimas horas del dia las encuentro gratísimas.
La vida parece soltar lastre y se aligera el alma, mientras el cuerpo va desprendiéndose de capas ajenas. Guardo la ropa en el armario, me quito el maquillaje ante el espejo. En el baño se desprenden los últimos vestigios de lo otro, lo que no me pertenece, lo que no soy yo. Como algo y me preparo con complaciencia para el culmen de la serenidad: una taza de té (el sabor es lo de menos, pero hoy es de jazmín). Bastan tres luces sin fastos para dorar las paredes y acogerme en el calor sencillo del salón. Hablo con R. de sus cosas, de las mías y la noche fluye lentamente; siento que el tiempo también reposa de su larga jornada y nos regala una eternidad por delante, satisfecho de sí, contento de su gracia.
Enciendo el ordenador, abro el correo, leo algún blog y escribo en el mío si tengo el ánimo dispuesto. Después acaricio el libro, lo huelo (siempre huelo los libros, desconozco el motivo) me pierdo entre sus hojas; intuyo que no querré cerrarlo nunca, que ojalá fuera infinito, como estas horas mágicas que se cubren de sombras silenciosas.
Sólo el cansancio puede conmigo y me arrastra al limbo.
Entonces si, apago luces y dejo crecer la noche.
Un dia mas le doy gracias al Cielo por este momento sagrado. Gracias.

18 comentarios:

LA MAMI dijo...

LA VERDAD ES QUE SON LAS MEJORES HORAS.
ESTOY CONTIGO.
BESOSSSSSSS

Аmanecer dijo...

Sì, son las mejores horas, y las que màs se disfrutan... ademàs de perderme entre las hojas de un libro, tambièn vengo a tu casa, y me pierdo en tus escritos.

Definitivamente...Me encanta tu manera de escribir!!

Besos y muchos màs.

enrique dijo...

Para mí también es el mejor momento del dia, después de aguantar mediocridades en las horas laborales...
Un libro, una charla, un blog... cosas que hacen memorables esos momentos sagrados, como tan bien dices.

Don Cogito dijo...

Ummmm Mary, yo también "huelo los libros"... ¿Porque será?
... quizá sea por ese viejo arcón que había en la casa de mi abuela llena hasta arriba de libros viejos... de pequeño me encantaba abrir la tapa y oler y oler y oler ese aroma tan agradable...

El Deme dijo...

Un té, un libro, un recogimiento, la verded es ese momento en que eres tú misma y te enfrentas con el silencio de la noche y el sonido del corazón.

Mery dijo...

Veo con gusto que todos disfrutáis también de esa hora quieta cuando acaba el dia. Muchas gracias por vuestras visitas.

Mami, Amanecer, Don Cogito, Enrique, Deme,un abrazo nocturno.

Anónimo dijo...

...O tiempo, suspende tu vuelo y ustedes horas propicias, suspended vuestro curso...

De algun rincon remoto de mi memoria surgen lo que en otros tiempos fueron versos. Al no ser que fuese en otro idioma...

Que se cumplan cada vez que llegen esos momentos que tanto aprecias

Corina dijo...

El momento sagrado lo disfrutan los seres con halo y divinidad, para otros es imposible y lo llamarían de cualquier otro modo, más vulgar en todo caso.
Mi cariño y el agradecimiento a tus palabras hoy y siempre candorosas y perfumadas, como la lavanda que un amigo te regaló.
Un beso.
Eva.

Ester dijo...

"Apago luces y dejo crecer la noche". Una frase bellísima.
Un petó

Mery dijo...

Alfonso : esos versos son absolutos, completos. Muchas gracias.

Corina: no me agradezcas nada. Tu buen saber hacer y escribir te llevan por el camino adecuado. Un beso muy fuerte.

Bolero: el momento en que escribía tal frase era así, bello. Gracias or venir a verme. Un beso

Javier dijo...

Acabo de leer la última entrada de "Café del Artista" sobre el "Elogio de la Sombra" de Tanizaki Junichiro y curiosamente está tremendamente enlazada con lo que tu expresas en estas breves y cálidas líneas la calidez del hogar, la cual se conecta con un cierto sentido de la tradición.

José Ignacio Lacucebe dijo...

Coincidencias, en distintas horas, si.
También la noche tiene su encanto, tu lo expresas perfecto. Dejar en el armario, o en el cubo de la ropa a lavar lo usado durante el día. El reloj en el lugar acostumbrado.
Una ducha purificadora?
Una cena,un té, una conversación, sin prisas.
El olor de un libro, contra más leido mejor.
Horas mágicas.
Descanso, sueño.
Bsos

Juan Antonio González Romano dijo...

Una entrada muy emotiva, amiga Mery. Qué sería de nosotros sin ese desprendernos de lo que no somos (ahí te ha salido la vena de admiración a Pedro Salinas y su voz a ti debida) y dedicarnos, por qué no, ese tiempo imprescindible a lo que somos, a lo que os justifica.
Y yo también huelo los libros. Y cuanto más antiguos son, mejor huelen. Qué le vamos a hacer,,,

Mery dijo...

Juan Antonio: qué sagaz eres, rapaz. Gracias por tu visita y tu amabilidad.

José Ignacio: tus amaneceres los vives con la intensidad interior que el alma te pide. Polos opuestos de la jornada, pero muy enriquecedores.

Pe-Jota: Tanizaki supo relatar con suma elegancia y claridad lo que significa el recogimiento de esa calidez del hogar oriental.
Por muy distintos que nos creamos, en el fondo el ser humano se mueve por los mismos deseos, anhelos, ilusiones...

Buen domingo a todos.

ONDA dijo...

Esa hora todavía la disfrutas mas si hay niños pequeños en casa y ellos comienzan a soñar.

Es cuando realmente empieza tu día.

Yo en estos días me pierdon en el libro Lost Boston que compre allí...

Que tu alma se siga enriqueciendo con el aprovechamiento de esos momentos.

Mery dijo...

Onda: imagino que esas horas sagradas te están siendo doblemente productivas con tus lecturas y tus revivencias. Que las disfrutes tu también.
Un fuerte abrazo

Javier Puche dijo...

Precioso texto, Mery.

Mery dijo...

Herman, muchas gracias. Un gusto tenerte por aquí.
Feliz semana