domingo, 27 de septiembre de 2009

Usos y disfrutes de la Benemérita


Hace pocos días J.M.Ridao nos contaba en su blog una anécdota encantadora de los municipales, en el pueblo donde veranea con su familia. Mi torpeza me impide crear un enlace a su entrada ( un día de éstos he de ponerme a ello sin excusa posible).

Al leerlo recordé a la madre de unas amigas mías, señora de armas tomar, señora que ideaba con cerebro matemático cómo salir de un apuro, embrollo, duda y cualesquiera escollos propios y ajenos que osaran plantársele delante.

La susodicha dama era viajera por vocación íntima y por el trabajo de su marido. Cuando tocaba desplazamiento internacional no sé cómo se las ventilaría, pero si el trasunto íba a suceder por territorio nacional, unos días antes de la partida agarraba la guía telefónica y llamaba... ¡al cuartelillo de la población de destino!
Y ¿qué hacía? Pues ni mas ni menos que un sondeo exhaustivo de cómo ir, dónde comer, los comercios de que disponía el centro urbano, los mejores alojamientos del entorno; de paso, si era tan amable el sargento que le había cogido el teléfono, de recomendarle alguna excursión por los alrededores, los días que hubiera mercado en la zona, si había aparcamientos de fácil acceso o era mejor dejar el coche en algún otro sitio " de esos que ustedes sabrán, debido a su oficio".
Si, dada la temporada, la climatología era propicia para ésto o para lo otro; si, para mayor suerte el interlocutor era piadoso, quizás sabría los horarios de misa las fiestas de guardar....
¡Un cuestionario sin fin!
Por lo que cuentan sus hijas, la madre tuvo suerte toda la vida con sus llamadas al mas puro estilo KGB y ningún funcionario la despachó jamás con cajas destempladas. A veces, cuando lo pienso, me pregunto si formará parte de su entrenamiento en la Academia algún tipo de tortura psicológica de similares características. Cachaza para aguantar un tormento así no se adquiere a la ligera.
Espero que esta mujer, a la que conocí poquísimo, sea dicho de paso, tuviera la deferencia de acudir a los desfiles de las Fuerzas Armadas, cada año, religiosamente, para gritar al paso de la tropilla vestida de verde : ¡ Viva el Benemérito Cuerpo de la Guardia Civil !


11 comentarios:

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Que viva el cuerpo¡¡¡

Tienes tela de arte Mery.

Saludos diurnos.

Juan Carlos Garrido dijo...

Y es que, de no ser cuando nos empapelan por obligaciones recaudatorias, tampoco son tan malos. E imagino que el que se tuviera que quedar toda la tarde de guardia en el cuartelillo preferiría darle charla a la señora antes que limitarse a contemplar la foto del rey.

Saludos.

Manuel Amaro dijo...

Ay, estas mentes matemáticas...

Anónimo dijo...

Los guardias civiles suelen ser así. Es que las guardias en los cuartelillos suelen ser muy aburridas. Todo lo contrario que tus entradas.
Un beso, amada Mery.

Mery dijo...

Javier: gracias, los que tienen arte son los que aguantaron tanta pregunta de la dama.
Un abrazo

Sombras: estoy convencida de que las llamadas de la señora les dió tema de charla a posteriori, muertos de risa, seguro.

Amaro: eso de las matemáticas lo dices por tus acertijos ¿ no?
Un abrazo

Octavio: ¿ya estás repuesto y compuesto? Dichosos los ojos que te ven por aquí, siempre. Un abrazo

ONDA dijo...

Para hacer eso además de caradura hay que tener mucho ingenio, y las mujeres en eso creo que aventajáis a los hombres.

Creo que la mujer de nuestro Presidente podría haber hecho lo mismo con los protectores de la Casa Blanca?

Un abrazo.

enrique dijo...

Lo que me abría ayudado esa señora con los de inmigración en el aeropuerto de Nueva York!!

José Miguel Ridao dijo...

Me imagino a esas parejas de bigotones tocados con tricornios desviviéndose por complacer a la señora, y me parto de la risa.

Gracias por la mención,. Mery.

Un abrazo.

Juan Antonio González Romano dijo...

Me divertí con la anécdota de Ridao, como ahora hago con la tuya. Para que luego haya quien se queje de estos santos beneméritos.
Un beso, Mery.

Mery dijo...

Onda: es cierto, las mujeres tenemos mas recovecos para conseguir ciertas cosas. Muy agudo tu comentario y muy irónico.
Un beso

Enrique: ¿qué te pasó con los susodichos? Has de contarnos detalles en tu blog, ya sabes.
Un beso

José Miguel: yo también me parto imaginando las caritas de esos pobres hombres, aguantando el chaparrón de una mujer, para mas señas, algo sorda.
¿Cómo no mencionarte, si gracias a ti recordé esta entrada?
Un beso

Juan Antonio: Ridao siempre nos inspira, ya ves. Gracias por tu visita, siempre.
Un beso

Gracias a todos

Javier dijo...

Por lo que se ve a la buena señora le gustaba, antes que nada , la seguridad. Y qué mejor seguridad que el cuerpo de la benemérita !!!