Después de haber hablado en mi última entrada de Muñoz Rojas y haber releído en soledad alguno de sus poemas con motivo de su muerte, abro este blog y me encuentro con que no tengo nada que decir, y no sé si echar el cerrojo hasta, quizá, mañana, o poner las manos sobre el teclado y que mis manos decidan por mí..
Podría hablar del aperitivo en una terraza con J y del libro que me regaló (fruta a la que exprimiré todo el jugo que pueda - al libro, digo, no a J-). A J no se le puede exprimir, es ave de vuelos imprevisibles.
Podría hablar del par de horas que charlé con F en una tarde que amenazaba lluvia, frente a un par de coca colas, aunque hubiéramos preferido un té de cosecha temprana. La conversación giraba en torno al ego y en desaprender lo aprendido, lo que podría ser la felicidad para unos y para otros. Apenas una hora después yo le estaba diciendo a un familiar: mi máximo afán, ahora, es ver a mi madre feliz. Y comprobé lo que F y yo acabábamos de concluir: que todos somos egoístas a la hora de buscar nuestra felicidad.
Podría hablar de que sueño a menudo con mi padre; estoy llegando a la conclusión de que traerlo a mis sueños es la mejor manera que encuentro de volverlo a ver, porque habla y se mueve, y es mucho mas real así que cien veces que mire su foto.
Podría hablar de lo que pienso y me callo, de lo que hablo de mas y no pienso. Quizás todos los afanes humanos versan incansablemente sobre lo mismo y hoy podría hablar sobre ello, pero es que me entra una pereza...
Podría hablar del aperitivo en una terraza con J y del libro que me regaló (fruta a la que exprimiré todo el jugo que pueda - al libro, digo, no a J-). A J no se le puede exprimir, es ave de vuelos imprevisibles.
Podría hablar del par de horas que charlé con F en una tarde que amenazaba lluvia, frente a un par de coca colas, aunque hubiéramos preferido un té de cosecha temprana. La conversación giraba en torno al ego y en desaprender lo aprendido, lo que podría ser la felicidad para unos y para otros. Apenas una hora después yo le estaba diciendo a un familiar: mi máximo afán, ahora, es ver a mi madre feliz. Y comprobé lo que F y yo acabábamos de concluir: que todos somos egoístas a la hora de buscar nuestra felicidad.
Podría hablar de que sueño a menudo con mi padre; estoy llegando a la conclusión de que traerlo a mis sueños es la mejor manera que encuentro de volverlo a ver, porque habla y se mueve, y es mucho mas real así que cien veces que mire su foto.
Podría hablar de lo que pienso y me callo, de lo que hablo de mas y no pienso. Quizás todos los afanes humanos versan incansablemente sobre lo mismo y hoy podría hablar sobre ello, pero es que me entra una pereza...
12 comentarios:
Pues para no tener nada que decir, nos has contado muchas cosas.
Me encantan este tipo de entradas.
Son geniales.
Y muy imaginativas.
Pues es una pena que no puedas exprimir a J, quizás saliera buen jugo.
Soñar con los seres queridos y perdidos, a parte de ser más realista, suele ser revelador y calmante, normalmente. Te queda un sabor a placidez como si hubieran vuelto un instante a decirte "estoy bien", sigue tu vida.
Una entrada íntima y bonita.
Besos
Mery, pues no hables, simplemente vive.
Se empieza escribiendo un poema sobre absolutamente nada y uno termina escribiendo sobre todo.
Tenéis razón, a veces se empieza escribiendo sobre nada y termina saliendo todo, aunque no queramos.
Os agradezco vuestras palabras.
Pe-Jota, Parsimonia, Deme, Javier Sánchez, Javier Navascués. Un beso desde la noche de domingo
Te ha salido un texto precioso, Mery. Casi ná...
Lo que siempre es egoísta es el infortunio, la felicidad es altruista; como prueba, afirmas que tu máximo afán es ver feliz a tu madre.
Un abrazo.
José Miguel: gracias, aprecio que te guste. Cuando una se pone a escribir tontamente nunca se sabe qué saldrá de ello.
Un abrazo
Sombras: los cauces para encontrar la felicidad acaban siendo egoístas. Soy feliz si veo a mi madre feliz...ergo...busco mi felicidad. Una rueda complicada, aunque sea lícita.
Un abrazo
José Ignacio: me alegra mucho verte por estas tierras, de veras.
Un fuerte abrazo
Parece que tus manos, decidieron hablar por tì, y lo han hecho bastante bièn.
Deseando te encuentres bièn Mery!
Besos y muchos màs.
Los sueños llenos del padre...
Freud decía que son una "via regia" para el conocimiento y las emociones.
Pues con lo dicho es mas que suficiente para recrearnos con tus palabras.
Con afecto
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