
domingo, 28 de febrero de 2010
Lo que ZP le debe a mi madre

jueves, 25 de febrero de 2010
Sir Simon Rattle en Madrid

martes, 23 de febrero de 2010
El cafarnaún de Pla

Con frecuencia me sucede que, leyendo, siento el deseo de haber sido capaz de escribir el mismo párrafo, la misma idea, tal poema. Comprendo mi incapacidad y desearía poseer ese arte.
Cuando emprendí la lectura de El Cuaderno Gris, de Josep Pla, ya auguré que sería una fuente inagotable de maravillas y fuí marcando páginas para una revisión posterior, para placer mío y de este blog, si se terciara.
Dejo aquí una muestra de la página 203:
"El piso era pequeño, por no decir mínimo y, así y todo, la cantidad de objetos de todo orden que se cobijaban era absolutamente prodigiosa. Había tantos que el piso quedaba opresivo; no os atrevíais a moveros por miedo a hacer algún disparate. Sin embargo, a pesar de la enorme abundancia de objetos reunidos dentro de aquellas paredes, admirablemente ordenados, el piso era tan poco acogedor, tan frío, con una tal falta de cordialidad, las cosas tenían una hospitalidad tan árida, que mas que una habitación para seres humanos, parecía un cafarnaún de pequeñas tonterías impertinentes y cargantes. En aquella casa, la realización de cualquier veleidad humana - la realización, por ejemplo, de un modesto y correcto bostezo - parecía sometido a un orden de movimientos prederterminados. Era absolutamente sensacional. Encima del aparador había un jarrón con flores artificiales".
Yo conocí una vez una casa así, sin calor de hogar, y resulta que Pla ya había conjugado las palabras exactas.
miércoles, 10 de febrero de 2010
(Mas quisiera yo) una cita con Mahler

lunes, 8 de febrero de 2010
Lo dijo Molière

La gran ambición de las mujeres es inspirar amor.
¿Aforismo o axioma? Buena frase en herencia nos dejó Molière para iniciar una animada conversación cuando nos encontremos en una reunión languideciente. Puede ser frívola y chispeante, también sesuda y antropológica, todo depende de lo que queramos y de con quién compartamos unas copas y nuestro tiempo.
Las mujeres somos coquetas, así nos han parido nuestras madres, que nos parieron precisamente por coquetear hasta el extremo nueve meses antes.
Un altísimo porcentaje de lo que rodea al mundo femenino va encaminado a esos menesteres de atracción, y si no, basta asomarse al directorio de El Corte Inglés: salvo la 2ª planta -Caballeros - el resto incita al consumo de las mujeres. Hasta la cafetería está llena de ellas, de nosotras, y si alguien que lea esta página se pregunta qué tendrá que ver eso con la seducción, yo le respondo que somos golosas y tragonas para encontrarnos estupendas después , cuando volamos a lo brazos del amado. Las endorfinas tienen mucho que ver en ello , aunque estemos a eterno régimen y sólo nos hayamos tomado un té a palo seco. Suficiente para ponernos de buen humor.
Ahora bien, que las mujeres anhelemos inspirar amor puede confundirse con inspirar deseo. Es posible, pero no a cualquier precio.
miércoles, 3 de febrero de 2010
Gente como Tatiana
