Hace pocos días que he regresado de un viajecito a Holanda (compromiso familiar y viaje de placer, además).
He vuelto con un par de ramos de rosas frondosísimos , pequeñas y multicolores, como anticipo de una primavera que está al caer, pero que se resiste a darnos una pista en este país nuestro.
En tierras de Flandes se cuida mucho la estética cotidiana; los puestos de flores brotan en cada esquina con ejemplares que nunca había visto por aquí. Las casas decoran el alféizar de sus ventanas con ramos que varían cada semana, junto con velones acristalados y es el único lugar donde no me asusta en absoluto ver un par de velas negras junto a una lámpara, igual de oscura. Son capaces de acompañar algo que aquí nos parecería siniestro con un angelito sentado junto a un juego de té en plata y, para endulzarlo, pastas de chocolate de diferentes colores.
Esa cultura de la belleza me parece admirable en una sociedad, bien es cierto que una sociedad que adora la decoración y el buen gusto es porque ya ha superado hace tiempo la etapa de la simple supervivencia. Es una sociedad del bienestar.
Ahora que estamos inmersos en un momento complicado, que cada cual sufrimos en nuestras propias carnes o en carnes cercanas los sinsabores de una malograda economía, se me antoja mas que lícito volcar la mirada en estos pequeños detalles que nos hacen la vida un poco mas dulce. A modo de antifaz, si se quiere, para que la venda en los ojos no sea tan tupida que desvirtúe la realidad. Hay un dicho por ahí que engatusa: "si baja la Bolsa, cómprate un bolso".
Pues bien, en mi caso, compré flores en Flandes. Y tan ricamente.
8 comentarios:
Flandes bien vale un viaje de ida con la sola excusa de perfumar el viaje de regreso. Un abrazo.
¡Qué enviadia, un viaje por Holanda! Cuando fui por allí, hace bastante tiempo, me encantó el país, la limpieza y el buen gusto que comentas. Creo que tienes razón en lo que dices. En momentos malos, deberíamos cuidar los detalles que nos hacen un poquito felices.
Un abrazo.
No será también por el hecho de que adoran la vida familiar, de que viven más de puertas adentro que de puertas a fuera, porque es más el ser que el aparentar que se es, y eso hace que se cuide más el entorno cotidiano.
Ya puestos, podrías haber comprado las flores por aquí y ayudar así a nuestra malograda economía.
...
No me hagas caso. Lo que me pasa es que te tengo una envidia que me muero por lo del viaje.
:)
Un abrazo!!!
En Flandes perdimos el oro americano, años de guerras y miles de soldados de los tercios malgastados en esa tierra hostil.
Pero ahora esa tierra es frondosa y amable con los españoles, de lo cual me alegro.
Algo de españolas tienen esas flores...
Asomo por aquí a responderos, un poco con prisas, y agradeceros la visita. En efecto, en países como Holanda se vive de puestras adentro e intentan endulzar el interior de los hogares, ya que fuera llueve y hace frío.
En épocas conflictivas, mejor agarrarse a lo bello que ofrezca la vida, aunque sean unas rosas traídas de lejos. Enrique, para mas inri, en Holanda importan toneladas de flores de hispanoamérica, así que siguen teniendo algo de sangre española, aunque sea por otros cauces.
Pedro, Alegre opinador, Amaro, Pe-Jota, Enrique, un beso a todos y gracias.
Pues sí querida amiga, esas bellas flores con como píldoras por todos los males que padecemos.
Hiciste bien en irte a Flandes y en comprar para nosotros esos bellos ¿tulipanes?
Onda: en la foto, tulipanes; en mi casa, 30 rosas multicolores.
Un beso
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