jueves, 28 de octubre de 2010

Es eso, pero ¿sólo eso?



Esta tarde he estado en la presentación del libro "Vivir sin miedos", de Sergio Fernández.
Oí hablar al autor en la radio, hace apenas una semana, y me gustó su alegría y entusiasmo, así como la premisa de la que parte su obra: parece ser que las águilas, que pueden vivir 70-80 años, cuando llegan al ecuador de sus vidas, se retiran a un alto y comienzan a mudar el pico; con el pico nuevo se deshacen de las garras viejas y de las plumas pesadas que le estorban.
De esta manera emprenden una nueva existencia, renovadas y liberadas.
Así el autor se aplicó el cuento y encontró que se sentía mas vivo, mas dueño de sí mismo, si echaba a un pozo todos los miedos cotidianos, las lecciones aprendidas y heredadas del pasado y que nada tenían que ver con su verdadero proyecto de vida.
Al terminar la presentación he comprado un ejemplar y me he acercado al autor para que lo firmara, momento que he aprovechado para decirle que su planteamiento me parecía muy orteguiano, en el sentido de que aboga por la verdadera vocación personal del individuo. Me ha agradecido el apunte y me ha estampado la siguiente frase: "Querida M, por una vida con vocación y sin miedos".
Ya de vuelta he venido analizando con R el porqué de tantas editoriales dedicadas en cuerpo y alma a los mil temas de superación, crecimiento personal, no digamos liderazgos y demás - a mi modo de ver, patrañas -. El que vivamos nuestra vida sin miedos me parece esencial para caminar con paso firme, honestamente, y es posible que una vez leído el libro lo haga circular entre ciertas gentes que transitan por su existencia agobiados de angustias y dramas.
Ahora bien ¿a qué se debe que esta sociedad necesite devorar pseudo-filosofías y guías de vida?
La primera respuesta que me viene a la cabeza es "por insatisfacción".
Si, es eso, pero ¿sólo eso?

15 comentarios:

Javier Sánchez Menéndez dijo...

¿Y no será por aburrimiento o incultura?

Manuel Amaro dijo...

El título de mi próximo libro lo camuflaré como uno de autoayuda, a ver si vendo algo.

Anónimo dijo...

Y para los que ya pasamos ese ecuador de la vida y no somos como las águilas ni nos atraen las guías de vida o remedios similares, sólo se me ocurre una 'tercera vía': aprender a convivir con nuestros miedos... (¿vamos de culo?) ;-) Un abrazo, Mery!

Miroslav Panciutti dijo...

Insatisfacción ... O sea, que no estamos satisfechos (sí, estoy de acuerdo). Naturalmente, no todos; hay muchos que están muy satisfechos e inclusos éstos consumen este tipo de literatura o cultura edulcorada. La pregunta para mí, en todo caso, no es si sólo por eso (por insatisfacción) sino a qué se debe la insatisfacción moderna (y ciertamente, bastante se ha escrito al respecto).

De otra parte, en medio de todas las patrañas (como las llamas) hay un núcleo de algo que a mí sí me parece importante y útil, y es el esfuerzo de conocerse a uno mismo.

Mery dijo...

Queridos amigos: os respondo en conjunto.
Mi primer asombro es pensar porqué estamos insatisfechos (hablo de la sociedad en conjunto, por supuesto). Tenemos de todo y parece que nos falta TODO.
Y seguidamente me pregunto si solamente sentimos insatisfacción o hay algo mas. Probablemente es un compendio de cien cosas, entre ellas, como apunta Javier, aburrimiento.
Estamos en permanente búsqueda, dando palos de ciego, y es fácil a veces dejarse embaucar por las modas; ahora una de ellas es la proliferación de guías de autoayuda, como lo es la novela histórica de dudosa calidad.
Es sorprendente este fenómeno.
Sólo me queda esperar que pase, como todo, y volvamos a las esencias vitales, sin barullos "pseudos".
Javier, Amaro, Sara, Miroslav:
un abrazo y felíz fin de semana.

marinero dijo...

Creo que la amiga Mery muestra aquí poco sentido histórico. Esa insatisfacción, a mi parecer, es consustancial al ser humano, y le ha acompañado siempre. Y la religión, para los creyentes, ha estado siempre ahí; y las creencias mágicas (en cuanto una y otras puedan diferenciarse, cosa que no siempre ocurre), también. La frase de Borges (o que él citaba): "le tocaron, como a todos los hombres, malos tiempos en que vivir", es -subjetivamente- más verdadera de lo que parece.

Unknown dijo...

Por insatisfacción, desconocimiento, falsa modernidad, ignorancia, sigo, no creo que sea necesario, jajajajajaja

Juan Carlos Garrido dijo...

Mucha gente necesita creer en algo y, al renegar de la religión, busca sustitutos.
Antes todo te lo arreglaba el confesor, ahora es Bucay. La cosa llega al punto de que, en una boda por lo civil a la que asistí, por hacer que la ceremonia se alargara algo más del par de minutos, el oficiante leyó un poema del citado (malo como un dolor de muelas). Yo no soy creyente, pero reconozco que es muy superior la clásica carta de San Pablo a los corintios.

Un abrazo.

Mery dijo...

Marinero: la sustancia del hombre es igual, así pasen mil años, con sus anhelos, sus pasiones...
Ahora bien, yo nunca ví a mis abuelos o a mis padres aburridos de la vida, insatisfechos, buscándose a sí mismos devorando las teorías de otros.
Incluso sus rezos no tenían nada de obsesivos.
De acuerdo totalmente con la frase de Borges, por otro lado.

Pe-Jota: sigue, sigue, a lo mejor en tu lista encontramos algo insospechado y creamos otra teoría.

Sombras: hay gustos para todo, ya se sabe. Lo que me choca ya no es que necesitemos creer en algo, sino esa desazón que existe actualmente del hombre consigo mismo. Ese "no me hallo, no sé para dónde tirar, qué necesito para ser un líder, cómo me reafirmo..."

Un abrazo a todos

Olga Bernad dijo...

Sin miedo no se puede vivir, de hecho, el miedo nos angustia pero también nos protege. Para quitárselo de encima con rapidez se recurre a las pseudo-filosofías, que exigen menos compromiso y menos fe que otras creencias.
Pero no sé si dan muy buen resultado, creo que una de las más famosas escritoras de este tipo de literatura para ser feliz y laralá se acabó quitando la vida. Cosas veredes, amigo Sancho.
En fin, buen finde, querida Mery morena.

Mery dijo...

Olga: con tu ejemplo de la escritora suicidada ya pones el punto sobre la i.
Cierto que el miedo nos protege porque nos mantiene alertas, pero hay un tipo de miedo enfermizo, del día a día y por cualquier cosa. Miedo al qué dirán, miedo a cambiar mi vida aunque sea una verdadera M...merycelli
Te diré que en realidad he comprado este libro para dárselo a una de estas personas que no vive en paz por sus -cada vez- mas numerosos miedos.
Larga historia, en fin.

También te deseo un muy felíz fin de semana, aunque sea bien pasadito por agua.

El alegre "opinador" dijo...

Yo creo que la razón es el vacío... La soledad.
Me ha gustado tu reflexión.
Un beso.

Mery dijo...

Alegre: mira, otras razones a añadir: el vacío y la soledad.
Buena aportación.
Un beso

Madame X dijo...

¿Y no será que, en parte, el éxito de este tipo de literatura sea inducido? Primero se propagan los miedos y luego te venden sus paliativos. En otro orden de cosas, vemos ejemplos paralelos. En esta sociedad consumista todo te induce a acumular calorías y a hacer vida insana y sedentaria. Y al mismo tiempo, te están metiendo el miedo en el cuerpo para que consumas fármacos adelgazantes, horas de fitness, comestibles light, etc., etc... Pues yo creo que es un poco lo mismo.

Donde no llega el Prozac, llegan los libros de autoayuda.

Mery dijo...

Madame: con tu buen ojo clínico has aportado otro motivo, causa y efecto.
Algo o mucho de ello hay, sin duda alguna.
Un beso