El domingo pasado asistí a un concierto dentro del ciclo de Jóvenes Orquestas, organizado por el Auditorio Nacional de Música.
La sorpresa fué mayúscula ante el poderío, la pasión y la grandilocuencia con que la Joven Orquesta Nacional de Cataluña interpretó a Richard Strauss y Mahler. Casi adolescentes de entre 18 y 25 años (algunos tenían cara de no pasar de los 15) manejando sus instrumentos con la maestría de muchos veteranos. Lo que de verdad me gusta de estos músicos jóvenes es la gracia con la que abordan la partitura, las miradas y sonrisas cómplices entre sus miembros, el pataleo tenue con que aplauden al solista, siguiendo indicaciones del director. Y, tras dos horas de agitada vehemencia, reciben los aplausos y se abrazan y felicitan unos a otros, radiantes por el trabajo bien hecho.
Después de presenciar un espectáculo humano y artístico de este percal, una tiene la sensación de que la vida es bella, sin remedio.
El dia 13 vuelvo a escuchar a otra joven orquesta. Seguro que tampoco salgo defraudada.
P.S.: las Cuatro últimas canciones de R. Strauss llevan exquisitos textos de Herman Hesse y Eichendorff . El próximo día pondré algunos, porque, como ya he dicho antes, la vida resulta maravillosa con estas bellezas.
11 comentarios:
Los cuatro últimos lieder de Strauss son, como los últimos cuartetos de Beethoven, las fantasías para viola de Purcell, El Arte de la Fuga de Bach o los cuartetos de cuerda de Bartók obras cumbres en su género.
Si no la has escuchado, te recomiendo la versión de Elizabeth Schwarzkopf. A mí me encantan todos los lieder orquestales de Strauss, pero los cuatro que mencionas son sublimes.
Un saludo
Espero la entrada Mery, con sumo placer.
La música, como el arte, se lleva dentro, y no importa la edad.
Un fuerte abrazo.
Es una suerte que tengas esta sensibilidad especial para la música y que te fijes en detalles como la pasión de los jóvenes músicos, disfruta esos momentos, son irrepetibles.
De nuevo me pones los dientes largos, los conciertos que yo oigo últimamente son disonantes y continuados. Tienes razón en la ilusión que transmiten los músicos jóvenes. ¡Qué contraste con algunos prestigiosos maestros de orquestas de renombre! Yo me quedo con Mahler antes que con Strauss.
Un abrazo.
Esa ilusión en los jovenes artistas
es importantisima en la vida, a veces como ahora te ha ocurrido a ti con ellos y sus ganas de hacerlo bien el concierto es impresionante.
Un beso, buen finde. Olalla.
Veo que tenés una especial sensibilidad para la música y una bella forma de expresarlo en palabras.os felicito por el blog y el buen hacer literario que en él encuentro.
Las orquestas jóvenes, más bien compuestas por jóvenes, logran, a mi parecer, revitelizar el repertorio clásico al transmitir su frescura, y una cierta falta de amoldamiento a los cánones clásicos.
Rafael: como buen entendido en música aprecio tus indicaciones y te las agradezco. A mi parecer estas Lieder de Strauss son , efectivamente, sublimes. Gracias y un abrazo
Javier: ya voy poniendo los versos de Hesse. Lo ideal es oir la composición completa, música y poema, pero en fin, no está en mi mano ponerlo aquí.
Un abrazo
Deme: seguro que tu también tienes sensibilidad para disfrutar la música, lo sé, porque la tienes para otras artes. Un abrazo.
José Ignacio: es verdad, la ilusión de la juventud en todos sus actos no tiene precio.
Un abrazo
José Miguel: tus serenatas nocturnas se afinarán con el tiempo, qué gracioso eres. ¿Has oído estas cuatro canciones de Strauss? Si no es así yo te recomiendo que lo hagas, verás como tendrías un buen momento.
Un abrazo, papi.
Olalla: juventud, divino tesoro. Cuánta verdad encierran esas palabras, aunque la edad madura tiene una plenitud de lo mas interesante. Un abrazo
J.Moreno: bienvenido/a a esta casa y muy agradecida por tu apreciación de mi blog. Un abrazo
Pe-Jota: tu lo has dicho, se rompe con estos jóvenes músicos esa cierta espesura rancia. Un abrazo, barcelonés
Rafael, por cierto, se me olvidaba decirte que tengo la versión de E. Schwarzkopf con la Filarmónica de Berlín, del sello EMI.
Como bien dices, es, de lejos, la mejor.
Un abrazo de nuevo
Qué deliciosa recreación nos haces. Cuando leo estas entradas, sin remedio, me da pena estar tan lejos de Madrid ahora. Cuánto disfrutaríamos compartiendo esos momentos musicales y admirando la belleza que se nos brinda a través de ellos.
Un beso lírico.
La juventud cuenta con la ventaja de la ilusión y el empuje. La veteranía con la ayuda inestimable de la experiencia. Por lo común, lo mejor suele ser una buena combinación de ambas.
Saludos.
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