He leído que Unamuno arrastró en su corazón, durante toda la vida, un hecho ocurrido durante su primera juventud. Volvía de comulgar un día y se le ocurrió abrir la Biblia al azar, para ver qué mensaje le aguardaba en esas páginas sabias. Su dedo había señalado :"Id por el mundo a predicar el Evangelio".
La señal era clara para él, que entendió que debería hacerse sacerdote. Como no le convencía la idea volvió a consultar en otra página, también fruto del azar, y para su consternación posó sus ojos en un versículo de San Juan: "Ya os lo he dicho y no habéis atendido. ¿Por qué queréis oirlo otra vez?"
Don Miguel se lamenta: "durante mucho tiempo la sentencia repercutió en mi interior y el recuerdo de esas palabras me ha seguido para siempre".
De hecho sus pensamientos mas profundos sobre el ser humano y la moral llevan ese tinte de cristiano místico desencantado con la Iglesia y con el comportamiento de la sociedad y solía ejercer de director espiritual con algunos de sus amigos descarriados de toda creencia religiosa.
Pues bien, hago esta pequeña introducción para contar algo de lo que he sido testigo hace pocos días. Una amiga me contaba por enésima vez sus dudas ante una elección difícil que debería hacer en breve y yo me sentía incapaz de guiarla (no seré yo quien teja destinos ajenos).
Le propuse algo que a veces hago cuando soy un mar de dudas: abrir cualquier libro que tenga a mano, al modo unamuniano, e interpretar lo que me dice el párrafo señalado. Así lo hizo y por dos veces el dedo apuntaba papel en blanco.
Consultó dos veces mas, intranquila y molesta por el hermetismo de aquella consulta baldía y el corazón se me salía del pecho cuando me leyó "que no era momento para pensar en nada, porque la muerte andaba rondando". La segunda frase se refería a un cojo.
Ambas nos callamos, sin querer nombrar siquiera lo que estallaba en nuestra cabeza, y es que su novio tiene un tumor en el hígado y hace meses se rompió una cadera.
Y que no me digan que son cosas del azar, que no, que no.
19 comentarios:
Sobrecoge tu relato, Mery, pero yo soy muy escéptico, y sigo creyendo en el azar. Un beso.
Madre mía, yo hago lo mismo, abro los libros al azar para que me digan cosas; es completamente infantil, no lo hagas nunca para cosas serias porque puede sugestionar muchísimo.
Un beso, Mery.
Qué cosas hacemos todos, incluido Unamuno.
Yo tambièn hago lo mismo, busco respuesta entre los libros, solo que a veces no me gustan algunas de ellas, y como dice Olga, me entra una sugestiòn que digo, por todos los Dioses que hago!
Hoy me ha pasado algo parecido, buscaban un consejo o sugerencia mìa, pero no pude darla, porque es algo tan serio. Que solamente la persona afectada tiene que tomar la decisiòn, Porque como tu dices, me siento incapaz de guiarla.
Mery, eres alguièn que da demasiado, ademàs de ser una persona sencilla. Gracias por tu estar.
Besos y muchos màs.
Yo estoy más de acuerdo con tu planteamiento.
Un abrazo.
Impresionante. Lo de Unamuno (que no conocía, gracias) y lo de tu amiga. Sobre todo lo de tu amiga.
Yo nunca he hecho eso, y mira que me gustan los libros. Y visto lo visto no creo que lo haga.
Y de hacerlo, no pasaría de un Mortadelo o de alguna novela de la colección La Sonrisa Vertical...
Me he quedado parada, no lo he hecho nunca y a partir de ahora todavia menos, pues además te puedes sugestionar y tu misma "llamar al mal tiempo".
Un beso. Olalla.
Después de esto, da miedo abrir un libro al azar, uf.
Hagamos la prueba:
mi dios, mi casa, mis amigos eres.
Ahora hace falta saber a quién le dedico estos versos...
Un beso, Mery. Encantado de volver a leerte.
Carolus, ese libro me da muchísimo miedo.
Os contesto a todos a la vez:
si os dáis cuenta, a los mas escépticos, antes de los dos mensajes, el libro se obstinaba en no querer dar ninguno: siempre salía en blanco, como si quisiera evitar entrar en profundidades.
Como dice Olga, mejor no sugestionarse, de hecho ni mi amiga ni yo hemos vuelto a darle importancia al tema ni a hablar de ello.
Yo continuaré abriendo libros al azar, estoy segura, pero evitando asuntos escabrosos. Es divertido. Enrique nos dá una buena pauta: abrir tebeos o páginas eróticas. Las novelas de Corín Tellado también serían aptas.
En realidad me atrajo mucho saber que Unamuno tenía esta costumbre, por lo que se vé bastante extendida al común de los mortales. El hombre llevó en su corazón este mandamiento no cumplido, le pesaba con frecuencia como si hubiera sido un traidor. Era un hombre de grandeza espiritual, al margen de religiones, honesto por vocación y nacimiento. Una gran figura intelectual.
Bueno, qué voy a contar yo a estas alturas...
Gracias a todos: José Miguel, Olga, Amanecer, Olalla, Javier, Enrique, Octavio (bienvenido de nuevo) y Carolus, que nos recomienda un libro de lo mas inquietante. Le echaré un vistazo.
Un beso de corazón
Naturalmente he hecho la prueba. He cogido un libro al azar y he puesto el dedo en la página en la que se abrió casualmente. Y leo:
"... lo siniestro sería aquella suerte de sensación de espanto que se adhiere a las cosas conocidas y familiares desde tiempo atrás."
¡Ay! Mery, me he asustado.
Título: Lo bello y lo siniestro.
Autor: Eugenio Trías.
Página 40
Editorial Ariel. Barna.
Voy a pillar "La muerte en Venecia" y pongo el dedo al azar...
"¿No había deseado que la travesía fuera larga, que durase eternamente?. Lo más razonable, y sobre todo, lo más placentero, era dejar que las cosas siguieran su curso."
Pues nada, dure lo que dure el "viaje", a disfrutarlo...Un beso, Mery.
No creo sea casualidad que hace poco andaras por Sanabria y ahora aparezca Unamuno.
Lo siento Mery, pero yo soy de los que no creen en el predeterminismo, creo que nosotros acabamos tejiendo nuestras propias historias, lo cual no quita para asumamos las infdluencias de todo aquello que nos rodea.
Es que, te ocurren unas cosas Mery...
No busco soluciones a mis problemas señalando con el dedo en un libro, pero sí que encuentro recursos para salir adelante cuando estoy afligida.
Hay una gitana, con la que coincido a veces tomando un café y que tiene por costumbre sentarse a mi mesa cuando me ve. La Lola, la llaman. Es evangelista ella y tiene vocación de predicadora, en el buen sentido de la palabra. Es inteligente y apasionada. Y siempre me dice que cuando está afligida hace exactamente lo que tú nos cuentas. Coge la Biblia, la abre sin mirar por cualquier página y señala con el dedo. Ella afirma que siempre, siempre halla las palabras que la indican el camino. No hay mejor respuesta que aquella que necesitamos encontrar.
Ella, aunque sabe que soy atea, me conmina a hacer lo mismo, con la Biblia, claro. Le doy un poco de pena por mi falta de fe. Y yo me resisto al método, no sea que me encuentre con la respuesta que necesito... como tu amiga.
Mery que tengas un hermoso día y que los Oráculos te sean propicios.
Un beso.
Pues querida amiga nunca se me habia ocurrido esa medicina azarosa de abrir un libro cuando tenía una duda...
Muy necesario Unamuno en estos tiempos, sabes que fue defenestrado por Azaña y por Franco y desterrado.
Este fin de semana he releído San Manuel Bueno y Martir. Y leído algunos de sus poemas.
Tengo que recordarlo en mi blog...
Un abrazo
Onda: Unamuno estuvo en el punto de mira de unas cuantas cabezas cerriles, como suele suceder a muchos grandes pensadores. Menos mal que dejó una estela de sabiduría lo suficientemente brillante como para que unos cuantos seguidores se encargaran de rescatarlo.
Qué buenos libros escribió este hombre; el que nombras es uno de ellos.
Un beso y gracias por tus comentarios
No sé cómo pude olvidarme de contestar algunos de los comentarios de esta entrada. Vuelo a deshacer mi error imperdonable, aunque hayan pasado ya unos cuantos días. Lo siento.
Hernando: respondo tarde, pero respondo. Ese texto que te salió al azar tiene mucha miga. Imagino que sólo tu sabrás c´mo interpertarlo.
Un beso
Deme: Muerte en Venecia, muy sugerente. El viaje de la vida es largo y fructífero, siempre.
Un beso
Peregrino: pues no sé responderte a esa frase, francamente.
Pe-Jota: por supuesto que el camino se hace al andar. No creo que este acto de consulta a la sabiduría de un libro esté reñido con ello.¿No crees?
Un beso
Tecla: supongo que dá igual consultar entre las páginas para encontrar consuelo, o un camino, o la solución a un problema. Cada uno lo ajusta a sus necesidades, incluso tomándlo sólo cmo un juego ¿por qué no?
Madame: tu y tus gitanas, qué graciosa. Yo creo que no se debe uno ceñir a la Biblia, no necesariamente. Cualquier libro puede valer. Y reitero la idea principal: que cada uno se lo tome como quiera, o no se lo tome.
Un beso
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