miércoles, 13 de mayo de 2009

La letra entre los números


Hace unos dias estuve en una reunión laboral disfrazada de comida informal. Gente de mi trabajo mezclada con otros despachos interrelacionados, es decir, personas conocidas codeándose con extraños, presentaciones, saludos cordiales y besos, miradas huidizas, apretones de manos forzados, algún diente afilado y la lengua, esa poderosa dama sonrosada, presta a hablar continuamente de.....¡ la crisis !

A la media hora ya estaba yo hartita -o jartita del tó- de escuchar diferentes versiones del momento económico, de lo que afecta a la oficinas o a la vivienda libre, del porcentaje -maldita palabra masculina- de pérdidas, en euros y en pesetas, de lo que opinan las Consultoras y el sector extranjero. La Banca, el euribor y la madre que lo parió.

A media reunión- ya digo que disfrazada de comida informal- el azar o los dioses me pusieron frente a Miguel, un abogado de una importante Consultora, al que ya conocía desde un par de años atrás. Como siempre va acompañado de otro Miguel, economista y mas dicharachero, el abogado suele pasar desapercibido; pero esta vez no. Algo en su mirada me hizo pensar que la crisis le estaba ahogando la garganta (no el vino que teníamos en las manos) y le pregunté algo sobre sus gustos personales. Así comenzamos una inesperada charla ajena al tema común del resto; así nos intercambiamos recomendaciones literarias. Me habló de una biografía de John Lennon que lee mientras va en tren cada mañana al trabajo. Le hablé de otra biografía, la de Nietzsche, que me parece grandiosa. Descubrimos que nos gusta la Física Cuántica aunque no entendamos ni jota porque ambos somos de letras. Y lo que tienen en común los caminos de la Astronomía y la Filosofía.

Olvidamos, por unos minutos, que alrededor se fraguaban varios conatos de derrocar al sistema económico mundial.
No me cabe duda de que Miguel se marchó muy agradecido de haberme contado estas pequeñas cosas. Y yo le agradezco mucho haberlas oído.

Nos rescatamos mutuamente.

12 comentarios:

Antonio González dijo...

O recíprocamente.En el próximo encuentro habrá otras reciprocidades, además de la de salva sea la mente.

Olga Bernad dijo...

Qué buena pinta. Seguirás contando, no nos dejarás así...jeje.
No, en serio, se agradece un montón esa conexión, afinidad o como queramos llamarlo. Después de todo, hablar con otro y que la cosa sea agradable es de las cosas más placenteras de la vida.
Y son cuatro días, chica;-)
Besos.

tecla dijo...

A mí me ha encantado lo que cuentas por la novedad que supone para mi mundo.
Me ha resultado refrescante y sumamente divertido, además de ese lenguaje coloquial, a la vez que culto, que utilizas.
Añado tu blog a los míos preferidos porque quiero seguir tu conversación.
Yo dedico el mío a publicar poesía, si quieres pasarte serás bien recibida.
Un abrazo.

Juan Antonio González Romano dijo...

Um, a veces las flores nacen entre los espinos...
Un beso, Mery.

Juan Carlos Garrido dijo...

La física cuántica tiene un fuérte componente místico, cuando nó mágico, pues fija fronteras que no puede atravesar el conocimiento, el principio de incertidumbre que tanto odiaba Einsteín cuando exclamaba "¡Dios no juega a los dados!".

A mi me sirvió de inspiración para escribir el microrelato, "Una cuestión de principios" (que cuelga de mi blog)

Saludos.

José Miguel Ridao dijo...

Yo, que soy de números, estoy harto de ellos, y de euríbores y guruses que van a acabar con las crísises. Por eso, he vuelto mi vista a las letras, mucho más gratificantes.

Un abrazo, Mery. Muy buena entrada.

Javier dijo...

Te entiendo. Esas tediosa, aburridas comidas en las que tu poco espacio de distracción queda invadido por el monotemático tema laboral, eso sí, es para conocernos, esa sensación de gritar y ganas de huir, y no puedes. Pero al final tuviste suerte !!

Madame X dijo...

Y me pregunto: ¿La próxima vez cuál será el tema del rescate mutuo o "las armas" que os conduzcan a él?

Uhmmm... se empieza con la física cuántica y no sabe una cómo se acaba. Mery que es primavera, agita esa hermosa melena al viento. ;-)

Besitos.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Bueno, es lo que toca ahora, pero tienes razón, ya cansa.

Esa isla por unos instantes, te ayudó, y ayudó.

Buen post.

Un abrazo.

enrique dijo...

Harto estoy yo también de esos colmillos tan retorcidos que son ya solomónicos...
Prefiero, como tú, los libros y sus alrededores. Ya lo sabes.

Mery dijo...

Perdonadme que hoy no pueda detenerme a contestaros uno por uno, me voy de viaje y voy fatal de tiempo (puente de San Isidro para los madrileños, ya sabéis).

Veo que alguna mente tocada por el dios Eros espera que de esta historia salga una especie de affaire o similar. Pues no, siento desilusionaros. Claro que si es por dar alegría al blog, me invento una buena historia amorosa y la suelto...qué gracia.

A parte de lo interesante que resulta una buena conversación fuera de lugar según en qué sitio, comprendéis muy bien que una acabe harta de crisis y números hasta en la sopa. Gracias por vuestras palabras y aportaciones.

Olga,Madame, Antonio González, Juan Antonio, Sombras,Enrique, Javier, Pe-Jota, José Miguel. Os deseo un buen dia y os mando un enorme beso.

Tecla, como eres nueva en estos pagos, te saludo a parte y te doy la bienvenida. Iré a leerte con mucho gusto. Un abrazo

tecla dijo...

Será para mí un gran honor Mery.
Estaré muy contenta.