domingo, 9 de enero de 2011

La carga


Hace poco un escritor de blog decía en su entrada que cada día le pesan mas las obligaciones. Aquí una servidora suscribe la frase.
Y lo peor, comprobar que esas pesadas cargas son como la energía, que ni se crea ni se destruye, simplemente se transforma. Tan pronto se desprende un peso de nuestra espalda, ya otro nos espera encaramado en un altillo para saltar sobre la chepa cada día mas encorvada.
Por eso quisiera ser como ese lord inglés que, sentado ante la chimenea de su casona de fin de semana, recibe la llamada de su administrador : milord, lamento comunicarle que su fábrica de (...) está ardiendo. A lo que él, muy flemático responde: Uf, qué problema voy a tener el lunes.
Pese a estas lamentaciones que no van a ninguna parte, yo sigo firme en mi creencia de que el 2011 no va a ser malejo, no señor.

18 comentarios:

Madame X dijo...

Ejem... no quiero chafar a nadie, pero hoy es precisamente lunes. Nada, ni lo pensemos. Yo me apunto a lo que dices del 2011, también quiero creer que va a ser un buen año. Y si no, que los dioses del Olimpo nos conserven bien la espalda :-)

Un besazo,

Anónimo dijo...

Mery, ¡cómo te envidio!
Yo en cambio pienso que el 2011 va a ser funesto. Mas x si acaso toco madera! :-)

Mery dijo...

Madame: tengamos las espaldas recias en previsión, pero sigamos pensando que la vida es bella y que lo será mas en el 2011.
Un beso, guapa

Anónimo: ¿no se te contagia un poco nuestro optimismo?
Anda, aprovéchate, no seas tonto/a.

Un abrazo

Álvaro dijo...

Yo sí me contagio de vuestro optimismo, será que hoy ha sido un día bueno y se ven las cosas con mejor tono. La anécdota del lord inglés, inmejorable. Como siempre comparto tu punto de vista sobre la carga de las responsabilidades, más mental que de espalda. Un beso

Mery dijo...

Hola, Alvaro: me alegra saberte optimista, que no iluso.
A ver si en este año sabemos aligerar esas cargas mentales que nos agobian, cada cual la suya como mejor sepa y pueda.
Un beso

José Miguel Ridao dijo...

Yo hoy me he levantado muy pesimista, me he encaminado al hospital donde operaban a mi padre, y al entrar en la habitación me he puesto a charlar con mi familia y me he vuelto optimista. La operación ha sido un éxito: optimismo confirmado. Resto del día moderadamente optimista. El resultado (en este caso bueno) habría sido el mismo si yo hubiera sido pesimista. Conclusión: viva el optimismo, y que nos quiten lo bailao.

Un beso.

P.S. la palabra de verificación es "forre". ¿Será un presagio? Mañana juego a los cupones. Voy a dormir más contento...

Mery dijo...

José Miguel: siiii, hay que ser optimista, intentarlo al menos. Ya ves en tu caso, te vas a forrar con este presagio...
Y me alegra que la operación de tu padre haya ído viento en popa. Un abrazo también para él.

Un beso

Manuel Amaro dijo...

Si yo te contara...
El año empieza cargadito de trabajos que hacer y obligaciones que cumplir.

Mery dijo...

Ay, Amaro: el horror de las obligaciones por delante. Lo que digo en la entrada, nunca faltan, se transforman...
Mucha paciencia y un beso de buenas noches

Pet dijo...

Feliz ano Mery. Tiene gracia la historia del ingles. Pues a mi me pillo el lunes, ayer, el dia que volviamos a Espana, con una nevada en Georgia que no pude llegar al aeropuerto de Atlanta. Como aqui en el Sur no tienen palas en casa como en NY, pues a esperar tranquilamente leyendo y mirando por la ventana a que se derrita la nieve, que es lo que hacen por aqui cuando nieva, que no es mal plan tampoco si uno lo piensa bien.
Asi que la "carga" para el 2011 la veo en plan Einstein. De un poquito de buena masa (buenas ideas) sacar toneladas de energia.
Y la nieve, que se derrita solita al sol, faltaria mas.
Besos y los mejores deseos de verdad. Un descubrimiento tu blog el pasado otono.

Mery dijo...

Pet: no hay nada mas inteligente que tomar la vida como viene, acomodándose a las circunstancias y sacando el mejor partido posible.
Espero que tengas un felíz regreso a casa y muchas gracias por tus palabras.

FELIZ AÑO a ti también.
Un abrazo

Juan Carlos Garrido dijo...

Yo había escuchado algo parecido de Sagasta cuando asesinaron a Cánovas, pero creo que es un mito urbano.

Un abrazo.

Javier dijo...

El tema de las obligaciones daría para hablar largo y tendido, ya que si nos parásemos a pensar acabaríamos cayendo en la cuenta de que gran parte de ellas no lo son, y otras poseen unas onerosas cargas que pueden ser modificadas, a veces nos creamos obligaciones por el mero hecho de complacer, otras nos las crean bajo la escusa de que así debe ser, ya digo, habría para hablar largo y tendido.

Mery dijo...

Sombras: al final nunca sabemos dónde está el origen de cada chascarrillo. Pero bueno, la moraleja es válida.
Un abrazo

Pe-Jota: bien dices, este tema daría para una tarde frente a un café. Hay cargas imaginarias, otras impuestas a fuego, otras propias de la vida....en fin, un sinvivir según y cómo.
Un abrazo

Buenas noches a ambos

Margot dijo...

Tienes razón amiga, estamos condenados a vivir.
Compartimos la misma nostalgia de las cosas, incluso de aquellas que no vivimos... ojalá puedas entrar a mi blog un día de estos: margot-escritorafrustrada.blogspot.com

Mery dijo...

Mar: tus palabras me recuerdan el título de un libro de Gironella "Condenados a vivir".
Pienso que tenemos que hacer un contínuo esfuerzo por desdramatizar, porque caemos en aquel concepto de considerar esta vida como un valle de lágrimas.
Pero somos así los humanos, a veces felicísimos, a veces desgraciadísimos.
Estaré encantada de visitarte.
Un abrazo

Rafael Hidalgo dijo...

Muy bueno lo del lord inglés. Desde luego no padecería de úlceras ni de estrés.

Hablando de cargas, hace tiempo leí una anécdota de un misionero en los Andes muy bonita. Contaba cómo se encontró con una niña pequeña que llevaba a su espalda a un hermanito pequeño, en una de esas bolsas de lana que portan los lugareños. El sacerdote, compadecido, le preguntó:

- ¿Cómo puedes llevar una carga tan pesada?

A lo que la niña respondió:

- No es una carga, es mi hermano.

El misionero comentaba que desde aquel momento cada vez que tiene que atender a las demandas y peticiones de quienes le rodean, se dice aquella misma frase: "no es una carga, es mi hermano".

Mery dijo...

Rafael, estupenda la historia de la niña y su hermano. Una vez mas los niños nos dan lecciones sapientísimas de la vida y del amor fraternal.
Hace tiempo publiqué una entrada parecida sobre un sacerdote y una par de hermanitos; los niños habían tenido un accidente y la hermana pequeña se desangraba. Le dijeron al hermano que debía dar su sangre para salvarla y, cuando terminaron la transfusión, él, muy cándido, preguntó al sacerdote: ahora, Padrecito ¿es cuando me muero yo?.
Conmovedor ¿verdad?

Un abrazo, Rafael