Pere Gimferrer ha escrito su poemario en castellano "Rapsodia" en seis días, bajo la lluvia de Barcelona, , como si en ella cupiera todo lo escrito anteriormente a modo de balance vital, aunque no autobiográfico, su experiencia como espectador de cine, de arte, como lector y poeta.
Y para conseguirlo, dice, nada como el ritmo de Neruda y la intención de que la esencia de su libro sea la poesía en sí misma, como en Góngora y Dante.
García Jambrina lo describe de largo aliento, arrebatado e intenso. Unitario en sus 450 versos pero fragmentado como desea Gimferrer, tal como es una rapsodia en música.
Dice el poeta barcelonés que el diccionario Oxford se ajusta perfectamente a él, en la definición de rapsodia: "extravagante y entusiasta declamación o composición de tono elevado, emocional e irregular pieza de música". Nada hay de aquellos rapsodas homéricos:
Años ambiguos, años de entrecruzarme a solas
con la esgrima nocturna del zigzag de los astros,
años sin ver tus ojos en el armario a oscuras,
la caoba del aire despeinado en sus horcas.
En la laguna estigia de mi cruel juventud
era el Leteo el río de mis adolescencias,
porque cabe por siempre demorar el pasado
para no repetirse en la noche cromada.
Yo entregué el pedernal de mi vida en tus manos:
una bomba incendiaria en un pomo de flores, ...
Y a mi, como el amable Oxford, me gustaría sentir la vida, mi vida, como esa fantasía musical de hechos aislados pero concatenados, libres en apariencia pero causa y efecto de otras vicisitudes que van de la mano sin excusa. Rebosantes de emociones y elevados.
con la esgrima nocturna del zigzag de los astros,
años sin ver tus ojos en el armario a oscuras,
la caoba del aire despeinado en sus horcas.
En la laguna estigia de mi cruel juventud
era el Leteo el río de mis adolescencias,
porque cabe por siempre demorar el pasado
para no repetirse en la noche cromada.
Yo entregué el pedernal de mi vida en tus manos:
una bomba incendiaria en un pomo de flores, ...
Y a mi, como el amable Oxford, me gustaría sentir la vida, mi vida, como esa fantasía musical de hechos aislados pero concatenados, libres en apariencia pero causa y efecto de otras vicisitudes que van de la mano sin excusa. Rebosantes de emociones y elevados.
Mery dixit.
7 comentarios:
Si yo escribiera un poemario en seis días, diría a la prensa que me ha costado seis años de esfuerzos.
saludos.
Sombras: la verdad verdadera es que Gimferrer la escribió en seis días, y luego la corrigió en varios meses.
Un abrazo
Ah, ya decía yo. De todos modos, sería bueno que alguien escribiera un poemario en ese tiempo, sin corregir, así sería fresco de verdad, como dicen que hizo Coleridge con Kubla Khan, de un tirón.
Un beso.
Qué mérito, ¿en seis días?... No había leído nada de Pere Gimferrer y ha sido una grata sorpresa. Merci.
La rapsodia, niña, para primavera a más tardar. Vete calentando motores :-)
Un besazo.
José Miguel: hasta en el "lindo mundo de la poesía" hay sus trampillas, ya ves. Así que cuando sale un iluminado como Coleridge parece un milagro.
Un beso
Madame: ¿Habrá alguna rapsodia que no conozco? Maleja, un beso desde la meseta
El arrebato poético, la inspiración producto de un momento de iluminación. Obviamente la corrección lleva más tiempo. Lo cual me lleva a pensar sobre el cómo serían las joyas poéticas en su primera impresión, en esos borradores que con el tiempo van apareciendo y desvelando los entresijos del proceso creativo.
Pe-Jota: los borradores desvelan esos procesos lentos, dolorosos a veces, y siempre muy interesantes. Los bocetos de pintura, por ejemplo, me resultan muy atractivos, casi tanto como el resultado final.
Un beso
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