miércoles, 23 de marzo de 2011

Supernovas y otras cosillas


Cuando alguien posee una belleza similar debería morir jóven, en plena efervescencia de su naturaleza, explotando como una supernova que reparte sus restos, generosa, en el universo de los mortales que aún arrastran sus cuerpos mediocres hasta la vejez.
Y, por supuesto, que en el reparto me toquen A MI sus ojos. Trasplante inmediato y sin derecho a reclamaciones.

***

¿Se han dado cuenta de lo que nos quejamos a lo largo del día? Hay quien bate el record y acuso directamente a las funcionarias (cúanto odio atacar a mi propio sexo, pero no que me queda mas remedio). No hace falta mas que entrar a un organismo público y ya tenemos la prueba impepinable: si es verano, que qué calor hace, que el aire acondicionado no funciona del todo, que así no se puede trabajar. Si es invierno, que qué frío en los servicios, y como estoy sentada toda la mañana -¿Toda? ¿ Y la hora y media del desayuno?- se me enfrían los pies y he solicitado un infiernillo para debajo de la mesa, como mis compañeras de planta.
Eso sí, el automático del cuadro eléctrico salta cada dos minutos y el técnico les dice que mientras no apaguen esos infirnillos no hay solución. Pero ahí no apaga nadie nada, faltaría mas, no hay derecho. Y también me quejo porque sin luz se van los ordenadores y así no se puede trabajar.
Esto lo he vivido hace un mes escaso.
¿Es o no es para matarlas?

Anda que si en esta piel de toro nos atizara un tsunami, sí que íbamos a tener la calma y la solidaridad de los japoneses, que suben y bajan a pie decenas de escaleras por ahorrar energía, apagan calefacciones, cierran sus negocios horas antes.
Ya digo: igualito.

***

Sigo queriendo los ojos de la Taylor, que en paz descanse.

12 comentarios:

Willi dijo...

Los ojos es la única parte del cuerpo que no envejece, lo único que no se arrugó y envejeció con los años en Elisabeth. Pobre Lis, ¿por qué le deseas haber muerto joven? No sé los años que tienes Mery, pero yo ya le veo las orejas al lobo. Estoy en esa edad en que los padres o suegros míos o de mis amigos empiezan a quedarse seniles con Alzheimer u otras demencias seniles, impedidos con dolores por la artrósis, el reuma, hemipléjicos dependientes de toda la famila o pero aún, en un centro cualquiera ... nacemos con pañales y, si aguantamos lo suficiente, morimos con ellos. Pocos son los afortunados que mueren pletóricos de salud en una última eyaculación. Ahora bien, ¿te suicidarías llegando bien de salud por ejemplo, a los 75 años? Yo no hago más que darle vueltas a esto en la cabeza ... Díme, Mery, algo, después de haberlo pensado bien.

Willi dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Mery dijo...

Por supuesto, Willi, que no tengo la respuesta certera de lo que haría en tal presupuesto. Ahora mismo te diría que NO, uno nunca se ve lo suficientemente mal como para tomar tal decisión y lo mas seguro sea que, al llegar a un estado lamentable, no tengamos la autonomía para hacerlo.

Mi entrada es completamente irónica, con el único objjeto de realzar la belleza de Liz Taylor. Sus ojos eran lo mas destacable, pero lo demás no le íba a la zaga.
Vuelvo a repetir que no me hubiera importado un trasplante de esos fantásticos iris violeta-verdosos.

Un abrazo

Willi dijo...

Mery, con los ojos va la mirada, que, como bien es sabido, es el espejo del alma. ¿No te gusta tu mirada?

Mery dijo...

Ay, Willi, siempre nos gusta mas lo de los otros.
Pero no me quejo, sería un delito.

enrique dijo...

Tus ojos, Cara Mery, son amigos de mirar, como los de Ortega. Que por cierto los tenía azules.

Madame X dijo...

Mery tú no necesitas trasplante de ojos, que bien bonitos son los tuyos... Además, ahora hay lentillas para cambiarte de color.

Es verdad, a menudo nos quejamos por vicio, pero ahora mismo, tal y como está el panorama, el problema es que nos quejamos poco y mal. Qué poca rebeldía nos corre por las venas y así nos va.

Un beso, ojazos.

Manuel Amaro dijo...

Yo es que sólo conozco tus pies, así que no te diré si necesitas ojos o no.
Eso sí... ¿has criticado a las funcionariAs?
Jajajjaja, ¿eso significa que me debo excluir como funcionariO?

Mery dijo...

Enrique, qué estupenda frase la de ojos amigos de mirar. He de observar de ahora en adelante ese matiz en la gente.
Un beso

Madame: si lo pensamos bien, no depende del color sino de la expresión y reflejo; una mirada acariciadora, o poderosa, o interesante...esas cosas subyugan.
Como la dulzura y fuerza de los ojos de la Taylor.
Estoy de acuerdo en que erramos en las quejas: anteponemos lo superficial a lo verdaderamente esencial. En eso parecemos estar adormecidos (o entontecidos).
Un beso

Amaro: digamos que casualmente siempre me topo con las funcionariAs quejicAs. Y siempre- siempre las veo dolidísimAs por infinidad de menudencias.
Agotador panorama.
Un beso

Felíz domingo a todos

Olga Bernad dijo...

No hay perdón para esa actitud, esa es la pura verdad. Muy bueno.

Descansen en paz esos ojos de la Taylor. Y que los tuyos duren mucho por este valle de lágrimas...

Beso nocturno.

Javier dijo...

Brilló como ninguna otra hasta el final, la última gran estrella de Hollywood, con ella se cierra toda una época gloriosa del cine, de una forma de ser, hacer y ver cine.

Mery dijo...

Olga, ojalá nuestros ojos contengan muuuuchas lágrimas, pero de risa. A los tuyos se lo deseo para que tu pluma siga siendo así de brillante.
Un beso

Pe-Jota: amén y amén. La meca del cine ya no es lo mismo, desde luego.
Un beso