miércoles, 24 de septiembre de 2008

Tres funerales y una boda


No, no es que haya olvidado el título de aquella comedia inglesa del año 93, donde un grupo de amigos se encontraban a lo largo del tiempo y de boda en boda, rematando la historia en un funeral. Es que mi última semana ha sido un pasar compungido por tres funerales impensados e inesperados y por fin, el sábado, una boda blanca y radiante, ésta sí delicadamente aunciada varios meses atrás.

La muerte debería anunciarse a los que afecte en primer y segundo grado para evitar tan desagradables sorpresas y atender a quien le replique "no me viene bien en tal fecha". ¿Por qué no se le exige que cumpla con tres amonestaciones, igual que los casamientos como Dios manda? Qué poca educación tiene, qué mal enseñada está. Y lo curioso es que dá igual el Gobierno que tengamos, no le afecta la LOGSE, LODE, LOE ni otros cuentos, y la crisis, no digamos. Pero en fin, la que queda mal, siempre, siempre, es ella.
Como digo, la semana pasada se ha mostrado caprichosa como nunca. Y yo me he dejado llevar de su mano, mansa como un corderito dentro del rebaño. ¿Que hoy toca funeral? Pues al funeral, y nada de caras largas: sólo abrazos y mis mejores palabras de consuelo; recuerda que la malqueda es ella, la innombrable, la traidora.
¿Que hoy toca boda? Pues a la boda, con mis mejores galas y aún mejor maquillaje. El bolso prestado, mis sandalias doradas y la pulsera que mi madre nos regaló a todas las hijas a imagen y semejanza de la suya.
Los siete dias que acabo de contaros los pasé fisgando entre la gente con avaricia, por si a Hugh Grant le daba por aparecer, con ese aire atontado que le caracterizaba en la película y esa mirada de no haber roto nunca un plato. Ja, menudo pillín. Y yo, menuda pánfila.
Olvidé que no era Cuatro bodas y un funeral, sino Tres funerales y una boda; olvidé que ésta era la vida real, sin pantallas cinemascope, ni palomitas ni acomodadores. Eso sí, la vida real me trajo la visión de unos cuantos políticos del PP invitados a uno y otro evento, con sus escoltas engafados aún cuando el sol hubiera desaparecido un par de horas antes.
Y eso tiene también cierto encanto ¿no?

13 comentarios:

Corina dijo...

Es que Hugh Grant es un "gentleman" inglés, uno de esos tipos que no se ven por estas tierras ibéricas. No porque no haya caballeros, que haberlos "haylos", pero no con ese aire british.
Me reincorporo a la red con otra identidad.
Besos, Mery.

El Deme dijo...

Lo mejor de las bodas es no ser el protagonista. Son esas obras de teatro en la que eres un extra con frase. Se mezcla lo hortera con lo kitsch sin complejos.

LA MAMI dijo...

BUEN FIN DE SEMANA CORAZON
UN BESAZO.
NO ME GUSTAN LAS BODAS, ME TENGO QUE PONER TACONES Y NO SE ANDAR. LOS FUNERALES ME GUSTAN MENOS... PERO AQUI NO ME PONGO TACONES.
PASA UN FINDE DE LUJO REINA

enrique dijo...

Llegados a cierta edad y en familias amplias, sólo te encuentras con primos y tíos en este tipo de eventos; funerales y bodas.
Respecto a estas últimas, el año que viene te cuento...

Miroslav Panciutti dijo...

Me he quedado fantaseando un rato en hipótesis de muertes programadas. Y no me han parecido posibilidades muy absurdas, si nos fijamos por donde van los tiros. Quita, quita; que no me gustaría nada tener que pensar en esa lista de invitados ni vivir los nervios crecientes ante la proximidad del gran día. Un beso.

Javier dijo...

Desde luego el tema no es de risa, al menos para los parientes del finado, pero a mi me has hecho pasar un estupendo rato con una sonrisa de oreja a oreja.

Yuria dijo...

M., Como sabes, llevo retraso. Voy primero a bucear por tus textos en busca de aquello del amor platónico, ¿recuerdas?

Manuel Amaro dijo...

Qué mal rollo eso, no???

Lo de los funerales también.

Anónimo dijo...

No sé, no sé, entre una boda y un funeral, llegados a cierta edad, casi prefiero lo segundo, sobre todo si yo soy el protagonista de la primera...
Besos, por supuesto.

Mery dijo...

Corina: imagina que el gentleman de Hugh Grant hubiera aparecido: la misma novia hubiera dejado plantado al novio en pleno altar, seguro.

Deme: sin duda lo pasan mejor los invitados.

Enrique: ¿huele a boda en el aire? Huy, huy, huy...

Mami: con lo bien que sientan unos tacones, no seas tonta. Feliz fin de semana tambén.

Miroslav: me alegra que fantasees incluso con mis entradas. Te sienta muy bien después en tu blog.

Pe-Jota: te diría lo mismo que a Miroslav.

Yuria: despacio conmigo, no te atragantes de golpe. Encantada de verte de nuevo.

Amaro: siempre tan ocurrente, incluso en tus escuetos comentarios. Ya caerás, jajaja, me refiero a la boda, no a lo otro, lagarto, lagarto.

Octavio: torres mas altas han caído. ¿O crees que hay cuerpo que aguante mucho tiempo esa vidita de crápula? Me muero de risa sólo de imaginar tu cara leyendo esto.

Un beso a todos

José Ignacio Lacucebe dijo...

Menudo contraste.
Lo bonito sería, creo que ni bodas ni funerales fueran anunciados. Nos ibamos a sacar de encima un montón de protocolos innecesarios en ambos casos.
Estoy de acuerdo en la apreciación de la persistente imagen de Hugh Grant.
En cuanto a los señores del PP, antes los que llevaban las gafas oscuras eran ellos, por lo menos en las revistas cómicas.
Un abrazo

Ester dijo...

Y no te has estresado Mery?

Ester dijo...

Y no te has estresado Mery?