martes, 18 de marzo de 2008

La ciencia del beso...................lámina 19


Leo un artículo de Carlos Fresneda titulado "La ciencia del beso" que comienza así: Un beso es bastante mas que un beso.
Por lo visto besarnos (en los labios, se entiende) nos dá una inestimable información del grado de compatibilidad genética con nuestra pareja, al producirse un complejo intercambio de señales químicas que nos iluminan sobre la viablidad reproductiva de la persona que estamos besando. Sobre todo el primer beso puede hacer decidirnos sobre la continuidad o no de esa relación. Las neuronas sensoriales, alertas con el bombardeo de mensajes que el cerebro procesa en unos segundos, serán las que decidan en ese momento crucial.
Hombres y mujeres experimetan las mismas sensaciones, aunque lo valoren de diferente manera. Según un estudio realizado en la Universidad de Albany, las mujeres insisten en la importancia del beso antes y después de un encuentro sexual, mientras que los hombres pueden prescindir perfectamente de ese contacto labial pre y post. Paradogicamente para ellos el beso es el preámbulo casi indiscutible de la unión sexual (también lo utilizan para hacer las paces), mientras que para ellas es el baremo fiel del estado de una relación en todas sus fases, además de un tanteo del nivel de compromiso que está dispuesto a aceptar su pareja.
En cuanto a la técnica, también se observan ciertas diferencias: los hombres tienden a abrir la boca casi desde el incio del beso, y a inciar juegos de lenguas en los primeros segundos, posiblemente por una suerte de táctica cazadora: la presencia de testosterona en la saliva masculina, que "administrada por un período suficientemente largo de tiempo puede afectar a la libido femenina". Ya véis, chicas, un besador persistente lo que hace es camelarnos con sus trampas ocultas, si ha notado que estamos reticentes a llegar a buen término....

Y, hablando de hormonas y demás sustancias, parece ser que el beso libera mucha mas cantidad de oxitocina ( hormona que potencia el vículo emocional ) en los hombres que en las mujeres. De ello se desprende que nosotras necesitamos mas que un beso para sentirnos conectadas emocionalmente a nuestra pareja.
Por darle un "toque antropológico" a este tema, hay quien también relaciona la evolución del beso a partir del modo en que las madres daban de comer a sus hijos en las épocas en que no se disponía de pasapurés y potitos a discreción : mascando y triturando los alimentos en su boca para pasarlo así a las bocas desdentadas e inexpertas de su pequeños. De alguna forma, ese beso protoparental evoluciona hasta convertirse en parte fundamental del galanteo entre machos y hembras.

Como se vé el cerebro humano es complejo en conexiones y secreciones varias, y mas complejo aún si nos entretenemos en comparaciones de sexos. A mi se me antoja que, en el fondo, todo es mas sencillo de lo que parece, pero en fin, todo es discutible.
He de decir que yo soy muy besucona; beso a los niños instintivamente, se dejen o no, porque no puedo contener mis impulsos de hembra protectora, aunque no sea madre. También me gusta mucho besar a mi pareja y aprecio sobremanera que sepa corresponderme en igual medida. Tengo que dar la razón a ciertos puntos de este artículo; cuando beso, sea de la manera que sea, no siempre tengo la intención de acabar retozando salvajemente, puedo disfrutar de un prolongado y sensual encuentro boca a boca sin pasar a mayores y sentirme la mujer mas feliz del mundo. Frustrante para el contrario, puede ser, pero así son las cosas. De igual forma coincido en que la modulación mas o menos acertada durante el beso implica una aceptación o un rechazo casi inmediato y, lo que es peor, irrevocable. Una vez tuve un affaire (preferiría no hablar de él, pero me viene que ni pintado para ilustrar este caso), que la primera vez que nos besamos me metió la lengua con una premura y un asilvestramiento que quitó toda magia a la romántica escena bucólica que con tanto esmero habíamos creado. Efectivamente, su beso resultó ser un anticipo de lo poco conveniente que era "semejante elemento" para mi naturaleza. Lástima que le enseñé a cuidar sus impulsos y maneras y con ello disfrazamos nuestra incompatibilidad genética y absoluta mas tiempo del que hubiera deseado. De todo se aprende , gracias a Dios, y una servidora, que es muy aplicada en sus deberes, desde entonces se guarda muy mucho de dar mas oportunidades a quien, como la Sabia Madre Naturaleza me muestra, es de todo punto extraño a mi boca y a todo lo demás.
Besos, besos, besos..... Hasta aquí la teoría; la práctica queda al antojo y buen criterio de cada uno.

14 comentarios:

Juan Antonio González Romano dijo...

Es totalmente cierto que un mal beso inicial estropea o imposibilita una relación. Lo de meter la lengua (con perdón) a las primeras de cambio es una insensatez que no lleva a ninguna parte: razón más que de sobra para cortar una relación por lo sano.

Ester dijo...

Amanecí otra vez entre tus brazos
y desperté llorando de alegría
me cobijé la cara con tus manos
para seguirte amando todo el día
te despertaste tú casi dormida
tú me querías decir no sé que cosa
pero callé tu boca con mis besos
y así pasaron muchas muchas horas.

Pedro Jorge dijo...

Yo te mando un beso de tres minutos.


;)))))

Mery dijo...

Juan Antonio, quizás un poco tajante eso de romper la relación en el primer beso, pero vamos, que hay que ser mas delicado ¿verdad?

Bolero, tu canción en boca de M.Dolores Pradera es una maravilla.

Pedro : no me tientes, pequeño....

Javier dijo...

El beso, veo que en general los hombres nos llevamos la peor parte, y no lo entiendo, para mi es fundamental y básico, no ya como elemento sexual y erótico, no soporto a un mal besador, me baja la lívido, sino también como elemento social y afectivo, aunque también existe el beso de Judas, supongo que es otra clase de afecto, anda mira al final me ha quedado de Semana Santa, jejeje

WALLACE dijo...

cierto, nosotros le damos un servicio más práctico al beso, aunque deberíamos pararnos a pensarlo... o no.
En definitiva , ya estáis ahí vosotras para aleccionarnos sobre el enigmático mundo del beso y sus consecuencias.

Saludos mery y si me permites un beso bloggero....

Madame X dijo...

Querida, genial esta entrada.

Es cierto, un beso te da mucha información de su dador y condiciona tu predisposición hacia él. Incluso diría que un beso puede ser un acto más íntimo que el sexo. Prueba de ello es que las prostitutas no acostumbran a besar a sus clientes.

Mery, ¿recuerdas en C.O.U.? Me gustaba horrores un chico. Era más mayor que nosotras. Semanas de sibilina seducción y por fin lo consigo. Quedamos y me besa. –Puajjj- En ese mismo instante se acabó la magia. Fue besarme y, de pronto, ya no le soportaba. Vamos, como que corté esa misma tarde.

Pe-Jota, guapo, sólo te falta el atuendo de nazareno.

Un besito.

X

enrique dijo...

Interesante estudio sobre el beso, pura antropología.
A mi me dan ganas de repartir ósculos...

RIPP dijo...

Mery, no dejas de ser un enigma para mí.

Mery dijo...

Madame, qué tiempos y qué gentes aquéllos....y qué feliz inocencia la nuestra.

Pe-Jota, no creas, hay hombres y hombres, y besos y besos...

Wallace, espero que ese beso blogero sea de los que marcan historia, encantada de recibirlo.

Enrique, no te demores ni un segundo en repartir Kisses, y de los buenos.

RIPP....¿un enigma?

RIPP dijo...

Yep.

Un enigma. Interesante, eso sí.

Anónimo dijo...

Pues estoy totalmente de acuerdo contigo Mery.

Manuel Amaro dijo...

Oye, el artículo está cojonudo!!!
En adelante me fijaré más en como beso. Mientras tanto, y porque no he de ser menos que Pedro J. (mi archienemigo, mi némesis en la red), te mando un beso de 4 minutos cargado de muchas testosterona masculina. Irresistible.
Ah, te linkeo por fin. Suelo linkear a quien beso. ;)

Mery dijo...

Bienvenida, Noviembre, y gracias por tu comentario.
Manuel, te digo lo que a Pedro, no me tientes con tanta testosterona....perverso.
Un abrazo a todos.