miércoles, 23 de abril de 2008

Agotamiento y decepciones


Lo que son las cosas, la otra noche J.A. me causó desvelo, y hoy me causa agotamiento absoluto.

Mi jornada ha transcurrido llena de convulsiones, todas ellas encaminadas a confirmar que la ofensa del "elemento" es tal cual, y no sospechas vagas. Entre reuniones para tratar el tema y el complejo baile de nombres y cifras, he conseguido tener un estupendo abatimiento físico y mental.

Pero la de J.A. no es la única decepción de la semana.
Genial, los malos tragos de golpe y cuanto antes, a ver cuánto puede aguantar el cuerpo.

7 comentarios:

enrique dijo...

Suele pasar mery, lo que desvela o preocupa suele acabar aburriendo. Las cosas ( y los sentimientos o personas) al final siempre quedan en su justa medida.
Cierto, mejor los malos tragos de golpe.
Siempre quedarán los pinares segovianos. Detrás de ellos siempre hay un horizonte amplio y hermoso...

Galder Reguera dijo...

El aburrimiento es el mejor camino para la superación de las preocupaciones. La mayoría de problemas no se solucionan, se dejan de lado por aburrimiento o agotamiento.
En cuanto al mal momento por el que dices pasar: que tengas suerte y se desvanezca pronto, Mery.
Un abrazo.

Javier dijo...

Por aquí también corren malos tiempos para la lírica, pero mira, a las penas puñaladas !!!!

Juan Antonio González Romano dijo...

Por fortuna (creo) el cuerpo puede aguantar mucho, muchísimo. El espíritu, a veces, no tanto. Pero todo es cuestión de empeñarse. Cuando se ven las cosas negras, a mí me ayuda pensar qué recordaré de todo aquello pasados un par de años. Y, entonces, sonrío.

ANTONIO SERRANO CUETO dijo...

Mery, últimamente te veo sobrepasada. Tengo la suerte de no conocer al susodicho J. A., pero me voy haciendo una idea. Hace unos tres años yo pasé una etapa difícil en el trabajo con varios J. A. ¿Sabes que terapia me impuse? Cuando estaba lejos del trabajo y me venían a la memoria, imaginaba la escena de los hermanos Marx en el camarote, pero con una variante: yo estaba dentro solo y todos estos J. A. pretendían entrar, sin conseguirlo. Me acostumbré tanto a la imagen de mi puerta en sus narices, que conseguí mantener a salvo mi serenidad. Inténtalo.

Madame X dijo...

Vaya semanita llevas, ma belle... Pero piensa que mañana es viernes y que tienes un interruptor en la cabecita. Así que mañana haces clic y apagas todas esas preocupaciones y decepciones. El finde te olvidas de todo y recuperas energías. Y el lunes, cariño, te me pones la armadura de guerra, y a por todos estos gilipollas, sin piedad. Con elegancia, como haces tú las cosas. Verás que agusto te quedas.

Ah, y no te olvides que, para premiarte, te regales unas bonitas sandalias de tacón. Que ya podemos empezar a lucir pies.

Un besazo.

X

Mery dijo...

A veces la vida tiene estas rachas, todos lo hemos comprobado en carne propia.Así disfrutamos mucho mas cuando todo nos sonríe, así lo interpreto yo.
Mi reconocimiento y reverencia ante vuestras sabias palabras.
Un beso