lunes, 14 de abril de 2008

Recortes de Domingo........Lámina 25


Los domingos tienen ese algo ambiguo que te hace desearlos y detestarlos a partes iguales. La mañana comienza amodorrada, ligera, con promesas alegres de las horas venideras y así, después de pasearte durante un tiempo en pijama por toda la casa, desayunar, merodear sin rumbo de un cuarto a otro, decides arreglarte y salir a esas calles donde el domingo también ha marcado su beato sello. El quiosco de prensa es el único que parece ir contra el mundo, atascando la vida con su oferta de colecciones especiales: el fascículo de la historia de la ópera, los discursos de los grandes estadistas del s.XX..... La prensa escrita viola el merecido descanso del Séptimo Dia y trabaja a destajo, como si de un huelguista nipón se tratara.
Por las aceras el paso es suave, indolente, lo mismo da ir que venir, entrar al bar o la iglesia.
La tarde amenaza con lluvias de hastío a quien sólo contempla el reloj marcando las horas, esas horas que Machado cantaba en sus tardes de maestro castellano.

Mi tarde la ocupo releyendo notas de prensa que he ído recortando de acá y allá a lo largo de la semana y que reclaman mi atención desde su desorden.
Me entero así de que en San Millán de la Cogolla se devanan los sesos intentando dilucidar si los jóvenes enriquecen con su jerga el lenguaje del s.XXI o lo llevan al mas absoluto empobrecimiento. José Angel Mañas critica el alarmismo cultural ante los cambios en el lenguaje y recuerda que no son ninguna novedad, y si no a ver quién es capaz de comprender la ortografía del s.XV.
Veo que Andrés Trapiello ha sacado nuevo volúmen de su diario/narración titulado genericamente "Salón de los Pasos Perdidos". Me pregunto si es bueno que ataque a bocajarro "La Manía" sin haberme bebido las anteriores quince entregas. También me pregunto por qué he arrastrado tanto tiempo la pereza y su olvido.
César Vidal muestra uno de sus "inolvidables": "El Estado Judío", de Theodor Herzl, escrito en 1896. Su autor creía que Israel podría estar en cualquier parte, no sólo en Palestina, y tras el primer congreso sionista de Basilea, del año 1897, se atrevió a anunciar que en cincuenta años mas todo el mundo vería la realidad de un estado judío. Tan sólo falló en seis meses, pues el estado de Israel nació en mayo de 1948. Una obra sorprendente por su sencillez y su previsón.
Y acabo con mis recortes saboreando un sereno y fluído artículo del académico Francisco Nieva sobre el lector de nuestros tiempos. Juega con la idea de que quizá una vida con menos ofertas de ocio y menos cómoda nos incitaría con mas empuje a la lectura. Si nuestros momentos caseros no fueran completamente absorvidos por la información e imágenes de las tv, los ordenadores, etc, si no dispusiéramos de cómodos sofás, tumbonas, si no viviéramos tan convulsos por la vida exterior, poseeríamos el estado necesario para sentarnos en una silla, ante una simple mesa y aplicarnos en la beatífica lectura. Evadirse de lo cotidiano para encontrarnos con lo convulso del interior, combatir el aburrimiento de las horas muertas con la mas eficaz de las armas: la imaginación en ejercicio, la imaginación puesta a hervir. Suele ocurrir, además, que el lector apasionado tenga por ventura uno o varios libros de compañía a perpetuidad, libros que Nieva califica "de residencia"; esos volúmenes que no nos importa releer a lo largo de nuestra existencia cuantas veces consideremos necesario y que en cada edad nos sugiere matices diferentes o nos ilumina con nuevas luces.
En medio de estos soliloquios de papel va transcurriendo el ocaso de mi domingo, hoy atípico y muy acorde con las palabras de Nieva. Hoy disfruto de una tarde en tierras segovianas, donde el pueblo que me acoge no malea mi mente con ocios cosmopolitas. Leo y escribo envuelta en mi misma y escapando de mi misma ante la esquiva luz de una ventana que mira al campanario y el arrullo secular de la lluvia en el tejado.

17 comentarios:

Juan Carlos Garrido dijo...

Curiosa reflexión sobre los domingos; casualmente, mira como empieza "Sombras chinescas" (te puedo acusar de plagio)

Nada hacía presagiar que este domingo fuera a ser distinto de cualquier otro. Los domingos han tenido siempre la virtud de deprimirme; supongo que debe de ser reminiscencia de mis tiempos escolares, cuando los domingos, especialmente sus tardes, no hacían otra cosa que anunciar la inminencia del lunes y lo que suponía.

Este era especialmente deprimente, pues acababa de levantarme y el cielo plomizo, a punto de oscurecer, de poco después de las cinco de la tarde, pregonaba el final del día, dejándome una desagradable sensación de pérdida, como si hubiese algo de cualquier maldito domingo cuya pérdida mereciera lamentar.

enrique dijo...

Yo también tuve un domingo de prensa e interminables suplementos...
Y por la tarde, después de una gloriosa siesta, a planchar...
(y un poco de Julián Marías, esta vez hblando de hispanoamérica)

José Luis Rodríguez del Corral dijo...

Muy buena entrada. He leído casi todos los diarios de Trapiello, que me han divertido mucho y no hay problema alguno en leerlos sueltos, sea éste último o cualquier otro. Sin duda la "comodidad imaginativa" es enemiga de la lectura. Sigue con tus "soliloquios de papel", Mery. Vaya, eso es un título.
Salud

Galder Reguera dijo...

Precísamente nuestro común amigo Frankl hablaba, creo recordar, de algo que denominaba "síndrome del domingo" y que según él estaba en la base de gran parte de los problemas existenciales de la gente.
El domingo es quizá el único día de la semana que hemos de ocuparnos en transcurrir, pues el resto nos transcurren ellos a nosotros. El tiempo libre para mucha gente deviene problema. Yo tengo la suerte de tener muchas armas con las que matar a ese monstruo llamado tiempo libre. En ese sentido, me sobran cadáveres y me faltan nuevas víctimas. El paraíso debe de ser un lugar en el que siempre es domingo (pero en el que nunca hay misa).

Javier dijo...

Ya, en el fondo las cosas no han cambiado tanto, lo que pasa es que algunos intelectuales les da por vivir en nostalgias absurdos y Arcadias que nunca existieron, y la verdad es que el trabajo, la cantidad de horas que le dedicamos es lo que nos quita tiempo del ocio, y si los creadores e intelectuales lo fueran de verdad bajarían de su parnaso y se nos asomarían en internet y en la TV y tal vez entonces todos aprenderíamos algo más, y la gente descubriría que la cultura y la creación no es aburrida y sí transgresora, y que nos hace más libres.....y como que ya me he pasado cuatro calles......me callo.......jejejeje

El Deme dijo...

Mery, las tardes de los domingos tienen una extraña tristeza, sí...por eso hay que sabérselas ocupar en cosas agradables (me encanta Enrique: planchar y leer a julián Marías, toma ya!!)
Por favor, visita mis nuevas fotos en mi blog (Viaje al Sur sería la entrada que les corresponde)...un beso.

ANTONIO SERRANO CUETO dijo...

El problema, querida Mery, es que el domingo es un día de mero tránsito entre dos semanas. Es como un puente tedioso que a la fuerza hay que cruzar para continuar el camino. Prefiero los sábados, sobre todo a mediodía, momento de la semana en que la cerveza sabe a gloria bendita.

Por si no la has visto, te invito a contemplar mi estampa dominguera.

RIPP dijo...

Un encuentro, un domingo, un punto medio.

Juan Antonio González Romano dijo...

Preciosa entrada, Mery, con un sentido del domingo que comparto. El último párrafo, pleno de emoción.

Juan Antonio González Romano dijo...

Preciosa entrada, Mery, con un sentido del domingo que comparto. El último párrafo, pleno de emoción.

Mery dijo...

Juan Carlos, buen comienzo de tu novela, por lo que leo en tu comentario. Pero juro que soy inocenteeee.

Enrique: lo de la plancha, también muy habitual.

José Luis: gracias por iluminarme con Trapiello. Y el título que propones, para apropiárselo.

Galder: es muy inteligente no aburrirse en tiempos relajados. El DOlce Far Niente también está pero que muy bien.

Pe-Jota: nunca te pasas en tus comentarios, sean de la extensión que sean.

Deme: ya mas no puedo decir de tus fotos.

Antonio, es que el sábado es el inicio del deseo, y tiene ese encanto extra del devenir.

Ripp: veremos, veremos...

Juan Antonio: gracias por tu amabilidad. Espero que tu domingo te dé para ese descanso que tanto mereces.

ANTONIO SERRANO CUETO dijo...

Mery, con tu comentario dominical recordé unos versos de Ángel González. Los busqué en casa y aquí te los sirvo. Todo gozo para los sentidos:

Domingo, flor de luz, casi ncreíble
día. Bajas sobre la tierra
como un ángel inútil y dorado.
Besas
a las muchachas
de turbia cabellera,
vistes de azul marino
a los hombres que te aman, y dejas
en las manos del niño
un aro de madera
o una simple esperanza. Repartes
golondrinas, globos de primavera,
te subes a las torres
y giras las veletas
oxidadas. Tu viento agita faldas
de colores, estremece banderas,
lleva lejos canciones
y sonrisas, llena
las estancias de polvo plateado.
Los árboles esperan
tu llegada
para cubrirse de gorriones. Sabe más fresca
el agua de las fuentes.
Las campanas dispersan
palomas imprevistas
que vuelan
de otro modo.
No hay nadie que no sepa
que es domingo,
domingo.
Tu presencia
de espuma lava,
eleva,
hace flotar las cosas y los seres
en un nítido cielo que no era
-el lunes- de verdad:
apenas desteñido papel, vidrio olvidado,
polvo tedioso sobre las aceras.

Raquel Mateos dijo...

Qué envidia!!! Yo también quisiera un domingo de prensa y suplementos!!! Pero las obligaciones domésticas me hacen la puñeta.

Saludos.

Ester dijo...

Como siempre, un placer leerte

Ester dijo...

Como siempre, un placer leerte

Madame X dijo...

Casi me has hecho vivir el domingo contigo, en la sobriedad estimulante de tierras segovianas, que es evidente que te inspiran de una forma muy especial. Como otros han apuntado muy certeramente, es preciosa esta reflexión dominguera tuya(aunque he tenido que carraspear con el recorte de César Vidal... por evitar la náusea -hija, no lo puedo remediar, no le trago-).

Un besito.

Mery dijo...

Antonio, qué amable dejándome esas palabras de Angel González, al que admiro tanto.

Raquel, sé de lo que hablas con esas obligaciones domésticas, lo que pasa es que yo me escaqueo de vez en cuando. Pura cara dura.

Bolero, un gusto tenerte por aquí.

Madame: todo lo que te suene a derechona y la Cope te revuelve el hígado, jajaja.