
Hay personas cuyos actos proyectan una sombra alargada, demasiado alargada en el tiempo y el espacio, bien por sí mismas o porque reagrupan en torno suyo otras sombras impertinentes que le sirvan para sus propósitos, tan negros como ellas mismas.
He pasado cuatro dias y medio junto al mar, en un intento de microalejamiento madrileño. He de decir que, para poder permitirme este lujo, bajé al sur bien pertrechada de ordenador y tarjeta de conexión internet de movistar , sabiendo que este subir mío a los cielos era relativo, relativísimo. Vivirás en paz, si te dejan, se dice sabiamente, y tales verbos se hicieron carne en una mañana luminosa.
Corría el penúltimo dia, único en que el revoltoso tiempo permitió disfrutar de tumbona y playa. Recibo una llamada de C.C. en el móvil (socio de J.A. , si, si, el mismo de siempre). Sus motivos eran, a la vista, inocuos, casi galantes, meramente informativos según él, y sospechosos según yo.
Desde hace algún tiempo vengo comprobando que cualquier noticia de este grupito tiene siempre una segunda lectura. No soy capaz de verla, ahí no llego nunca, pero al menos sé que he de esperar el bombazo por ese bando.
Y así fué: esta amistosa y franca llamada acarreó una cadena de dimes y diretes que me tuvo gran parte de la mañana poniendo parches acá y allá, calmando malentendidos, poniendo las cosas en su sitio. Enturbiando mi paz, a fin de cuentas.
Está claro que "Las Sombras" han desistido de firmar acuerdos conmigo y mi grupo, no les queda mas remedio. Su soberbia, en cambio, les revuelve sus bajas pasiones e insisten en sacar provecho de la situación, es decir, que mi negativa sea manipulada como un ambiguo no-pero quizá-es posible que. Ese persistir suyo en el absurdo, donde la verdad acaba por florecer a través de todos los cauces que le son justos, termina por parecerme patético e irrisorio, aunque no por ello menos peligroso. Su persistencia es peligrosa, sin duda alguna, porque va siempre disfrazada.
Ante esto ¿qué queda, sino resistir heroicamente ?
Cuando los romanos idearon estos verbos de la tercera conjugación, y que con tan poca variación han llegado al castellano, demostraron tener un absoluto conocimiento de las realidades del mismo , al que, como la Vida, le bastan pequeñas variaciones en los prefijos para que el significado y la existencia sean radicalmente diferentes.