miércoles, 24 de noviembre de 2010

La mano


Esta mano cargada de años y experiencia es la mano que adoro, la que he amado siempre sin saberlo.
Ella acariciaba mi cabeza bajo su vientre cuando aún no conocía mi sexo ni mis facciones y yo crecía, reclamando mas espacio a codazos en la noche.
Esta mano repasaba mi mejilla mientras bebía de su pecho rebosante; probablemente yo la mirara y ella me mirara, y bastaran cuatro ojos femeninos y un ombligo que seguiría uniéndonos sin fecha.
Ella marcó el terreno en mis primeros pasos, ella amansó las caídas que hirieron mi primer orgullo.
Es la mano que todo lo dirige, la que gobierna el mundo sin violencia; la que da calor, consuelo, fuerza y empujones, la omnipotente y humilde maestra.
Una mano en la que nadie piensa cuando parece ausente.
Una mano invisible y presente, calmada, firme y confidente, tumba de secretos y flaquezas. Mano que aplaude en cada fiesta, que ahorra dramas, y se esconde cuando intuye que molesta.
Esta mano encierra mi vida en cada década, a ella me aferro mientras la tengo.
Mas aún cuando no la tenga.

22 comentarios:

enrique dijo...

Bienaventurada sea esa mano.
Sus caricias nunca tendrán olvido.

Olga Bernad dijo...

Ay, esa mano, el único amor verdaderamente gratuito que tendremos nunca (y que tendremos siempre).
Y saber ser lo mismo, también. Qué difícil.

Madame X dijo...

Qué suerte, Mery, tener aún esa mano a tu alcance. Un cálido refugio y una bendición.

Recuerdo las manos de mi abuela. La calidez y la generosidad de una mano no se olvidan nunca, así como el olor de quién nos ha amado.

Un beso fuerte,

Mery dijo...

Es una bendición de mano, en efecto, Enrique. Aunque no con igual intensidad y esencia, estoy convencida de que hay muchos padres cuyas manos resultan tan benefactoras como las de la madre. Ya verás por ti mismo :-)

Olga, no creo que sea difícil para una madre, porque le sale por naturaleza, sin previo aviso y a borbotones. Seguro que tus hijos bien lo perciben y es probable que cuando sean mayorcitos, y con la herencia de tu pluma, escriban maravillas sobre ello. Vete preparando, jejeje

Y, como dice Madame, el olor de una piel querida y cálida nos acompaña siempre, queda impregnado en nuestra ser como un tatuaje a perpetuidad.

Os deseo a los tres un buen día, de corazón.

Manuel Amaro dijo...

Esto... voy a llamar a mi má, a ver qué se cuenta.

Mery dijo...

Amaro: llámala varias veces, correeeee. Y dale muchos besitos.

El alegre "opinador" dijo...

Las manos de las madres parece que siempre te sustentan...
Besos.

Anónimo dijo...

Mano no hay más que una ...

José Miguel Ridao dijo...

Qué bonito, Mery. Se ve que eres muy bien nacida, además de sincera.

Un beso.

Anónimo dijo...

Es un precioso homenaje a tu madre. Muy bello.
Besos.

Anónimo dijo...

Ay Mery, esa mano...no quiero, ni puedo, pensar en una vida sin ella!!

Álvaro dijo...

La más hermosa caricia, y la más sentida, siempre tendrá su origen en esa mano. En tus palabras me he abandonado por la necesidad de esa mano cercana a mi pecho. No lo podría haber expresado nadie mejor.
Hermoso descubrimiento tu blog
Álvaro
http://vocesrobadas.blogspot.com/

Mery dijo...

Alegre opinador: un sustento toda la vida...qué responsabilidad en una mano. Muy bello.
Un beso

Anónimo: bueno, madre biológica si, pero en la actualidad hay niños con dos madres, dos padres, hermanastros, abuelastros...
Pero si, madre-madre no hay mas que una.
Un beso

José Miguel: es que si un hijo no es bien agradecido, no merece unos padres buenos.
Gracias y me alegra que te haya gustado
Un beso

Parsimonia: tuve un ataque de mamitis aguda, aunque mamitis tengo siempre. Gracias y un beso

Sara: yo tampoco quiero ni pensarlo. Ya perdí a mi padre y siempre lo tengo presente.
Un beso

Alvaro: te agradezco tu visita y tus palabras. Bienvenido, esta casa está abierta para cuando desees darte una vuelta por ella.
Un abrazo, iré a verte

Javier dijo...

A veces cualquier comentario está de más y en esta entrada que es todo ternura y reconocimiento a una persona entorno a la cual de una manera u otra nuestras vidas acaban girando tal vez sobran las palabras pero nunca la complicidad.

Аmanecer dijo...

Hermoso homenaje y sentimientos, para quien con su fuerza te lleva de su mano.

Yo tambièn, tengo la fortuna y la bendiciòn de tener una mano cargada de años, de fuerza, y de apoyo.

Besos!!

Mery dijo...

Pe-Jota, Amanecer:
me alegra que os haya llegado la ternura de una mano madre. Quien aún la disfruta es un privilegiado y yo doy gracias a Dios por ello.
Un beso a ambos

ANTONIO JIMÉNEZ LUNA dijo...

Un bello homenaje a la mano materna. Un saludo.

Mery dijo...

Antonio: gracias y bienvenido.
Un abrazo

Antonio González dijo...

Una hermosa mano la de la foto. Unas hermosísimas manos las del texto. A la semana justa de que publicaras esta entrada, el siguiente míércoles, 1 de diciembre, se enfriaron las manos de mi madre. Tenía noventa y un años, y cinco bisnietas y media.

Mery dijo...

Antonio, ten por seguro que esas manos ahora te cubren de una mejor y mas poderosa manera.
Un abrazo de corazón

Torres Coco dijo...

Un texto delicioso y una foto preciosa. Tienes una suerte enorme. Felicidades a las dos.

Mery dijo...

Torres, muchas gracias, también de parte de mi madre, aunque está en la inopia y ni se figura que hablo de ella en internet. Angelita mía.
Un beso