viernes, 12 de noviembre de 2010

Un exorcista para una boda


Lo que para unos supone un drama, para otros es comedia. No hay mas vueltas que darle y así lo viví hace pocas noches durante un programa radiofónico.
Un muchacho llamó a altas horas de la madrugada a uno de estos programas de consulta, donde a su vez, otros radioyentes le aconsejan o exponen casos parecidos. Con voz de congoja contaba que se casaba el domingo siguiente (era miércoles, si mal no recuerdo) y resulta que cada vez que pasaba delante de la iglesia, le entraban "unos vómitos terribles" (palabras textuales).
-Pero ¿tu quieres a tu novia?
- Si, si llevo con ella un porrón de años. Es la iglesia lo que no puedo soportar. Es que me pongo malito, unos sudores, un malestar...
- ¿Se lo has contado a ella?
- Si, y me dice que por qué no se lo he dicho antes, con lo que nos han costado todos los preparativos.
- Y ¿tienes que pasar con frecuencia delante de esa iglesia?
- ¡Claro, porque es la de mi barrio! ¿Qué va a ser de mí el domingo cuando entre por esa puerta? Ay, Dios mío.
A estas alturas de la conversación yo no aguantaba las carcajadas, imaginando a ese pobre chico llegando al altar del sacrificio, echando espumarajos verdes por la boca y la cabeza retorcida y desgarrada por una voz espeluznante: Ajjjjjjjjjjjjjj...que no me caso...ajjjjjjjj.
Han pasado los días y yo me pregunto qué habrá sido de aquella boda, donde se presagiaba la aparición inexcusable de un exorcista o, probablemente, la versión masculina de la película Novia a la fuga.

8 comentarios:

Manuel Amaro dijo...

Jajajaja, qué bueno. A mí sólo me dan picores.

enrique dijo...

Seguramente la iglesia de su barrio sea una de esas de diseño de algun arquitecto actual...
Y por eso se pone malito.

No me van los acentos, no es que sea una victima de la LOGSE.

José Luis González Ribera dijo...

Estimada amiga,

diversas circunstancias me han retenido durante un tiempo del placer de leer bitácoras, incluso bitácoras tan excelentes como la tuya. No obstante, me alegro de que sigas con la misma gracia, sensibilidad y buen uso de la palabra de siempre.

Mery dijo...

Amaro: ¿también te entra un no sé qué al pasar por una iglesia? ¿Te mando un exorcista?

Enrique: ojalá fuera eso y así el pobrecito haya superado la fobia. Pánico escénico, en todo caso.

José Luis: gracias por tus palabras.

Buenas noches a todos, un beso

Manuel Amaro dijo...

Me bastaría con un palo rascador.
Veo excesivo mandar a un señor exorcista por unos simples picores.

Madame X dijo...

Ay, Mery... ¡pobrecito! A este lo que le angustia es casarse. Pero algo me dice que, con o sin exorcista, este no se escapa. A ver si en ese programa de radio te cuentan el desenlace y nos resuelves la intriga.

Un besito,

Javier dijo...

Pues que vayan al juzgado y pasen de jolgorios, es que algunos con tal de seguir la tradición se convierten en la niña del exorcista, jajajajaja

Mery dijo...

La verdad es que ya me gustaría a mí también saber qué fue de aquella ceremonia.
¡Le cogí un cariño al novio!
Y la pobre chica que le decía que ojalá lo hubiera sabido antes para organizar una boda civil.