martes, 11 de marzo de 2008

19 dias...................Lámina 16


En mi post anterior relataba mi jornada electoral en pleno. Una cosa omití entonces, y ahora deseo adjuntarla para completar lo que fué mi dia de luces y sombras, y es que casi todo el tiempo de silencios , y los que no también, estuve pensando en mi padre, en lo que le hubiera contado al dia siguiente y lo que él hubiera disfrutado con mis detalles, repetidos hasta la saciedad, porque le gustaba ser puntilloso con las respuestas.
Pero resulta que ya no podré contarle nada, ni veré su cara de niño sorprendido ante mis relatos, relatos que yo hubiera desmenuzado para hacerle mas feliz.
Mi padre murió hace unos meses de manera casi repentina, sin darnos tiempo a asimilar que se nos íba irremediablemente.
19 dias tuvimos para asumir, tragar y aceptar la realidad. Quiséramos o no, porque en estos asuntos de la Vida y de la Muerte nadie viene a preguntarnos si nos viene bien o si se nos otorga un plazo prorrogable.
Un dia mi padre empezó a dejar de comer, hecho sumamente extraño en él que, pese a su edad, comía de todo y todo le sentaba de maravilla. El médico nos sugirió llevarlo a urgencias porque algo había notado en el pulmón derecho y allí nos plantamos un domingo de verano, él caminando por su propio pié, dicharachero y valiente.
Primer diagnóstico: tenía 4 litros de líquido en el pulmón, a ver quién es el guapo que aguanta 4 botellas de Fontvella metidas ahí dentro, le decíamos las hijas para hacerle reir mientras le metían la sonda para extraer semejante cantidad. Pero ya intuíamos que eso no era lo peor, y los médicos empezaron a buscar el origen de aquél disparate.
Segundo y definitivo diagnóstico: un cáncer de páncreas situado en zona inoperable y en avanzadísimo estado.
Conclusión: del hospital dificilmente saldría con vida.
Consecuencia : desgarro cardíaco súbito e irreparable para la familia.
Apariencia exterior: papá, no pasa nada, en cuanto te saquen todo el líquido de ahí volverás a comer y nos marcharemos de vacaciones.
Y durante esos 19 dias su deterioro fue gigantesco y tristísimo. El pulmón volvía a ocuparse con el líquido maligno. Dejó de comer completamente, dejó de tomar incluso el mínimo sorbito de Aquarius que las hijas le llevábamos con la esperanza de que esa bebida milagrosa le hiciera revivir.
Empezó a decirnos que le dejáramos dormir. Sólo quería dormir. Cada vez mas profundamente, pero con desasosiego, hasta que la doctora le pinchó una pequeña dosis de morfina para que descansara, y ya no volvió a mirarnos mas, ni a pedirnos que no le despertáramos con nuestra charla.
Una horrible noche de julio se fué. Y le cubrimos de besos infinitos para que hiciera el camino lo mas acompañado posible.
Desde entonces la vida ya no es igual. Continúa, pero no es igual. Y desde entonces el número 19 me causa profundo malestar y no puedo mirar una botella de Aquarius sin tener lágrimas en los ojos.

22 comentarios:

WALLACE dijo...

hola mery, imagino que cuando cuentas tu dureza, cualquier comentario que te pongamos te animará en un trocito de alegria.
La verdad , dificil decirte algo, si me permites te contaré algo muy breve como fue cuando murió mi abuela materna( era la tipica abuela pequeñita y muy buena), murió de cáncer y creo recordar que la última noche que tuvo voz me acerqué a besarla y me dijo textualmente en bajito " que sepas que te quiero mucho", te puedes imaginar como salí de la habitación al rellano de las escaleras.

Un saludo madrileño....

Madame X dijo...

Dicen que el dolor se pasa con el tiempo, pero no es verdad... se aprende a vivir con él.

Hablar de tu padre, tenerle presente en tu día a día, seguir contándole tus cosas, incorporarlo a tu blog... todo eso, también es una manera de no dejarle ir del todo. Porque él estará vivo en ti mientras tu le pienses.

Un abrazo cálido.

X

Miroslav Panciutti dijo...

No sé que decirte, me has emocionado.

Bueno sí, me has recordado la muerte de mi padre, hace algo más de siete años. También fue muy rápida, apenas cinco días, la noche víspera de que le operaran el corazón. Hace cuatro días fue su cumpleaños; ochenta habría cumplido.

Pues nada, un beso.

El Conde de MonteCristo dijo...

El mayor dolor es sentir la terrible ausencia que dejan. El mayor alivio es recordarles como eran.

Un cálido saludo,
El Conde

enrique dijo...

Emocionante recuerdo de tu padre.
Quien como yo ha pasado por un trance similar te entiende y no puede dejar de emocionarse.
Tiene toda la razón madame x, el tiempo ayuda a aprender.
Un abrazo.

Unknown dijo...

La verdad es que en estos casos te das cuenta de la cantidad de tonterías que nos preocupan a menudo y de la pocoa importancia que tienen.

En mi caso tengo la suerte (el lujo) de contar con los dos pero lo cierto es que comienzo a vislumbrar que será un lujo poco duradero.

Y jode.

Juan Carlos Garrido dijo...

Uno, que contínuamente está planificando esto y lo otro, con estos golpes se da cuenta de que el castillo de naipes que es nuestra vida se puede desbaratar al menor soplo.

Pero, días después, te das cuenta de que la vida sigue y que debes seguir atendiendo a las cosas grandes y a las menudas.

Aunque el agujero continúe.

Un sincero abrazo.

enrique dijo...

Por cierto, seguro que has leído las admirables páginas que nuestro querido Julián Marías escribe en sus memorias rememorando el fallecimiento de su querida mujer.
Emocionan y reconfortan...

Mery dijo...

A los que habéis pasado ya por el trance, deciros que lo siento, y un fuerte abrazo. Ojalá estuvieran aún con vosotros.

A los que aún tenéis ese lujo(porque es un lujo) de tenerlos cerca, queredlos mucho y, sobre todo, hacédselo saber. Es muy importante que ellos se sientan queridos, porque comienzan a ser débiles como niños.

Y a todos, muchas muchas gracias por vuestras palabras. No he querido ponerme ñoña, sólo necesitaba escribir sobre ello.

Un abrazo cálido
Mery

Anónimo dijo...

A tí, por escribir estas palabras y compartirlas con nosotros. Por el consejo para quienes tenemos el lujo de tenerlos.

Un abrazo y un beso

Anónimo dijo...

Lo siento muchísimo, de verdad. No puedo decir nada más, todo lo que diga sonará a tópico, y no puedo ponerme en tu piel, pero, como se suele decir, aunque con el sentido pleno de la expresión, te acompaño en el sentimiento. Me dais también un poco de miedo, miedo de pensar que en unos días se pueda ir cualquiera de los míos, que esas cosas pasan. O mi hermana, o yo mismo, aunque esto último sería lo que menos sintiese.

Juan Antonio González Romano dijo...

Querida Mery; el mío se fue físicamente hace tres años, después de otros tres de Alzheimer que se lo hubieran llevado mentalmente mucho antes. Un abrazo muy, muy fuerte.

RIPP dijo...

Sólo puedo decirte qlo mucho que lamento tu pérdida.

Un beso

Anónimo dijo...

Hola, he descubierto tu blog y me encanta. Si no te importa he puesto un enlace al mio.
Esther ( Olot-Girona)
http://elbolerodechavela.blogspot.com/

Anónimo dijo...

Yo perdí a mi padre hace año y medio. Te recomiendo que leas el "Libro del alma".
Un abrazo,
Esther

Mery dijo...

Counter, tienes toda la razón, nos importa mucho mas los seres queridos que nosotros mismos. Pero muuucho mas.

Juan Antonio, un beso también por lo que tuviste que pasar en su dia.

RIPP, gracias, gracias.

Esther: bienvenida a este blog; visitaré el tuyo con gusto.
Un abrazo a todos.

Mery dijo...

Elvira, encantada de tenerte por aquí. Bien venida y bien recibida.
Un abrazo

Pedro Jorge dijo...

Hay veces que hay que saber decir, desde la distancia, en el tiempo y en el espacio, estoy contigo.

Agurdión dijo...

Yo a veces me pregunto qué es mejor para los que quedan, el golpe seco y repentino, que de un día para otro lo cambia todo, o la agonía, que nos permite apurar las últimas palabras con quien se va, despedirnos en definitiva. Luego me doy cuenta de que da igual la respuesta, porque no influirá sobre lo que vaya a suceder. Decía Delacroix: "Desear lo mejor, recelar lo peor y tomar lo que viniere". Te deseo fuerza; un abrazo.

Mery dijo...

Pedro, gracias. Un beso por lo que pasaste tu en su dia, que lo sé muy bien.

Agurdión: estoy convencida de que ningún caso nos viene bien. Delacroix veritas templum dixit. Un beso

Manuel Amaro dijo...

Es muy triste el poco margen que nos dan a veces las enfermedades. No hará ni un mes que murió mi tio en circunstancias similares, y comentaba mi primo que lo que más lamentaba en su lecho es no poder volver tan sólo un día y arreglar sus "cosas" antes de marcharse.
Simplemente, aquí estamos los amigos, para las alegrías que tanto hacen falta.
Un beso enorme.

E. G-Máiquez dijo...

Me alegro mucho de que Chesterton te haya venido bien. Y no me extraña, porque lo que dice es verdad. Un abrazo muy fuerte,
Enrique