sábado, 28 de marzo de 2009

La fuerzas


Hay momentos en los que se tiene la sensación de llevar las riendas de la propia vida, en los que pervive la ilusión de seguir el camino elegido con la esperanza de llegar a una meta, aunque ésta se desdibuje confusa en el horizonte. Son momentos en los que uno cree existir per se.

Son como estelas de un cometa luminoso en el Universo.
Pero como todos los cuerpos celestes están sujetos a la mecánica de fuerzas, así resulta que en la trayectoria personal de uno interfieren en guerra permanente la fuerza centrífuga y la centrípeta, en versión humana. Uno puede coger la velocidad que quiera, si,si, que ya se encargará la centrípeta de atraerlo hacia su centro con su cordón umbilical bien ajustadito. La otra, que es una fuerza ficticia según la Tercera Ley de Newton, te permite circular por la inercia del movimiento, aunque resulte que esa inercia no te pertenezca tampoco del todo.

Servidora se pregunta si esas fuerzas ajenas le impiden a una realizarse tal cual sería, tal cual debería y le gustaría ser. O si, por el contrario, va a resultar que yo nunca sería nada sin la mecánica de fuerzas entrando en conflicto contra mí.

No sé si me explico.



19 comentarios:

Jesús Cotta Lobato dijo...

Te escribo mientras me deleito con tus trinos de pájaros. Te explicas. Yo también me he preguntado eso. Y creo que hay un poco de las dos cosas: dentro de lo que las fuerzas universales nos permiten, nuestras pequeñas fuerzas eligen entre A o B (no pongo C, porque casi nunca hay más de dos opciones.

Anónimo dijo...

Cuando se tiene un proyecto por delante siempre intervienen factores obstaculizadores, algunos externos y otros (creo que estos son a los que te refieres) internos.
Supongo que es algo como el estrés: tensión y fuerza: con un poco va bien, te mantiene viva, pero cuando es excesivo, te paraliza o te desvía como una fuerza centrípeta.
Espero haberte entendido.
Besos, guapa.

Mery dijo...

Jesús: me alegra que te alegres la mañana con mis pajaritos. Los grabé en el campo segoviano, la primavera pasada.
Puede que tengas razón y que quizás nunca haya que elegir entre mas de dos opciones. Pero existen otras fuerzas que interfieren y ni siquiera te dan pié a la elección: están ahí, sin permiso y sin mas.
Como que no puedes ignorarlas tampoco.
Un asunto complicado este del vivir.
Gracias por tu visita.
Un abrazo

Parsimonia: con lo lista que eres ni lo dudes, entiendes perfectamente. El equilibrio está siempre en el medio de las fuerzas, en tensión poderosa algunas veces. Lo malo es cuando no puedes elegir entre ellas, incluso eliminarlas, como le digo a Jesús.
La vida es así.
Gracias por tu temprana visita. Un beso

Feliz sábado a ambos

Anónimo dijo...

Querida Mery, nunca se puede elegir. La mayoría de las veces lo que intentamos es sobrevivir e incluso cuando parece que podemos controlar algo, eso nunca ocurre.
Besitos.

Аmanecer dijo...

Son las fuerzas del universo, las que a veces, nos hace titubear, si realmente llevamos, esas riendas, de nuestra vida.
Vaya, pense que era yo, la ùnica que tenìa conflicto, con las fuerzas de la vida.:D

Buen fin de semana Mery!
Besos y muchos màs.

Ester dijo...

"No corras, no te preocupes. Estás aquí solo de visita.Merece la pena que te detengas a oler las flores."
Walter C.Hagen

Mery dijo...

Parsimonia: veo que ni tan siquiera crees que podamos elegir...Eso me resultaría muy duro de digerir, como aceptar el destino impuesto sin remedio. Preferiría pensar que tengo un márgen de resolución.
Un abrazo

Amanecer: el club de los dubitativos es inmenso, como puedes ver. Bienvenda a la manada.
Un abrazo desde la lejanía.

Bolero: a estas horas de la noche tus palabras suenan a elixir de los dioses. Oleré las flores, merece la pena, claro que si.
Un abrazo

José Miguel Ridao dijo...

Pues va a ser lo segundo, Mery, las leyes de la mecánica nos acompañan, y lo mejor es dejarse llevar, aprovechando las corrientes como el albatros, que dicen que no gasta apenas energía y recorre millones de kilómetros, tan pancho y tan feliz. Preciosa entrada, por cierto. Un beso de buenas noches.

Jose Ramon Santana Vazquez dijo...

...la diferencia de las fuerzas a veces es el tiempo quien las mide...tuyo jose ramon.

Anónimo dijo...

La inapelable belleza de la existencia radica, precisamente, en la presencia de esas dos fuerzas contrapuestas. Qué fácil -qué aburrido- si siempre nos saliésemos con la nuestra. Qué vida tan sin misterios, entonces.
Un beso, amiga Mery. O los que quieras, ya sabes.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Te explicas Mery, y muy bien.
Pienso que esas fuerzas actuan, pero nuestra propia fuerza interior hace que vayamos a un lado y a otro, no por inercia, sino por convencimiento.
Un abrazo.

Javier dijo...

Vamos una visión laica de "El hombre propone y Dios dispone", aunque a veces Dios, son aquellos que dicen que nos quieren mucho.

Vivimos y hacemos lo que podemos, nos autodefinimos según nos definen y nos pasamos media vida intentando saber qué coño hacemos y para qué.

Puro existencialismo.

Mery dijo...

José Miguel: me ha gustado mucho la imagen del albatros dejándose llevar, sin esfuerzo, sin complejos diría yo. Quizás sea lo mas inteligente. Gracias por estas palabras.

José Ramón: el tiempo, esa dimensión misteriosa que nadie sabe exactamente lo que es. Un saludo

Octavio: desde luego la vida monótona y lineal no habría quien la soportara. De eso tu sabes mucho y con mucha inteligencia. Me agrada verte por aquí (por cierto, veo que no has recaído en el lapsus infantil anterior, te gustaría, pillín).

Javier: lo del convencimiento propio ya me gustaría a mí que fuese cierto, teno mis dudas al respecto, incluso cuando estoy segurísima de mis decisiones. Pero ya entraríamos casi en metafísicas varias y no son horas. Un abrazo

Pe-Jota: tienes mucha razón, es un auténtico peñazo tener el pensamiento siempre alerta ¿quién soy, dónde voy, quién maneja mis hilos...?

Un abrazo y gracias mil por vuestros comentarios.

Madame X dijo...

Buscamos el constante equilibrio entre esas fuerzas y eso es agotador. No siempre se debería conciliar todo, por que ello se opone a nuestros verdaderos deseos. Pero contravenir las fuerzas tiene un precio, la pregunta es si estamos dispuestos a pagarlo.

La vida es una angustia (elección)permanente. Mery, necesitamos unas vacaciones.

Un beso.

Juan Carlos Garrido dijo...

Uno es como un pequeño barquichuelo de vela: en ocasiones se saca provecho de esas fuerzas titánicas, y en otras se ve atrastrado por ellas, pero de ningún modo se puede controlarlas.

Saludos.

Mery dijo...

Madame: ¿sabes de algún sitio o forma donde te den vacaciones del corazón? Eso sería maravilloso. Tu que eres chica lista infórmate aunque sea por internet y luego me lo dices. Un besito, morena.

Sombras: desde luego uno no es capaz de controlar casi nunca esas fuerzas ajenas aunque a veces el intento bien merece la pena ¿verdad?
Un abrazo y gracias por tus palabras.

Rio Oria dijo...

Hay veces que si crees que llevas tu las riendas, pero de repente pasa algo y hale a la porra, ves que era una ilusión. Yo tambien querria saber si me "realizo" o por el contrario todavia estoy en busqueda.
Un beso.
Olalla.

enrique dijo...

Uno/a no sabe si sujetar firmemente las riendas o dejarse llevar...
Porque en el primero de los casos siempre queda, latiendo, aquello que no se hizo...

Mery dijo...

Enrique: ese aquéllo que no se hizo puede ser al cabo de los dias una espina cada vez mas aguda. Habría que evitarlo, al menos intentar poner todas las fuerzas en evitarlo. Ardua tarea, si señor.
Un abrazo

José Ignacio: estupenda tu disertación sobre las clases de fuerza y sus consecuencias. Lo que ya es escatológico casi, son esos sueños con sabios universales. ¿Lo haces por darme envidia? Pues ya sabes, escribe una entrada con las palabras de Einstein
Un abrazo