jueves, 12 de marzo de 2009

El té de Pavlov


El señor Pavlov se tomó muchas molestias con sus experimentos de perros, campanas y comida para demostrar al mundo lo que el mundo ya sabía.
Le hubiera bastado observarme a mí para completar su ley del reflejo condicionado sin tener que atormentar a esos pobres canes enjaulados.
Mery en su cocina es Pavloviana en pleno apogeo.
No sé terminar la comida (sobre todo la cena) sin tomarme un té en todas sus variedades, preferiblemente verde, o de jazmín, o moruno. Es decir, la última porción que queda sobre el plato me hace salibar en espera de la aparición divina del humo de una taza, como esos perrillos que oían el rin ring con las glándulas alteradas.
Pero, ay, Dios, mi cadena tiene un eslabón de más y no se cierra hasta que entra en acción esacosadulcequeacompañealté: un par de galletas, chocolate, una rosquilla, en fin, esacosadulcequecierremicadenapavloviana.
Así día tras día, socavando mi determinación de rendención golosa.
Día a día intentando hacerle burla a Iván Petróvich Pavlov.
Ahora que estoy apuntada a un gimnasio al que acudo puntual como un reloj, tengo esperanzas de aunar voluntades y conseguir un cuerpo de vértigo.
Pero no sé yo...
Hablando de gimnasio, tengo yo unas cosillas que contar al respecto (pero eso será otro día). Ahora voy a disfutar de mi té.

17 comentarios:

José Ignacio Lacucebe dijo...

El conocido Pavlov no tenía nada mejor que hacer.
Sentado en un banco de cualquier jardín y observando como una criada ,menos una madre,actúa con el bebe molestón le hubiera sido suficiente y los animalillos obligados a abrir puertitas, soportar putadillas y demás puñetas para alimentarse se lo hubieran agradecido.
En cuanto a lo del te me parece que en un adorable vicio, más que una consecuencia de las teorías de Pavlov.
Ponte maciza que el verano está ya ahí. Besos

LA MAMI dijo...

IVAN UNA EMINENCIA, COMO ISAAC, PERO YO PIENSO QUE SE PODIAN HABER QUEDADO EN SU CASITA, Y AHORA NO TENDRIAMOS QUE ESTUDIAR SUS LEYES ETC ETC ETC JAJAJAJAJAJAJAJJAJA
EN FIN YO MA APUNTAO A SOMATOLIME, ADELGAZA MIENTRAS DUERMES, YA TE DIRE QUE TAL.
SINO PUES ACABARE APUNTANDOME AL GIMNASIO.
BESOSSSSSS
AHHHHH Y LO DE LAS BRAGAS YA SE SOBREENTENDIA QUE ERA EN EL CAJON, AUNQUE IMAGINATE EL FAJO DE BILLETES METIDOS EN LA PARTE TRASERA DE UNAS BRAGAS DE CUELLO ALTO JAJAJAJAJAAJJAJA
BESOS DE NUEVO

Anónimo dijo...

Supongo que al té moruno le echarás azahar, hierbabuena, té verde y mucho azúcar.
Mi abuela, en primavera, se dedica a pasearse por los naranjos de su barrio para coger las florecitas y ponerlas a secar. Luego las guarda en un tarro y las utiliza todo el invierno como una hormiguita, ja, ja.
Dicen que, cuando tienes invitados, debes servir el té moro desde buena altura para que haga burbujitas en el vaso, y eso es señal de que tus convidados están agradecidos.
Besos

José Miguel Ridao dijo...

Te propongo que añadas un par de eslabones más a tu ciclo pavloviano: cuando estés comiendo esacosadulcequeacompañaelté, piensa en cómo vas a quemar las calorías en el gimnasio, y cuando estés en el gimnasio piensa en el pamito que lucirás en la playa.

Un abrazo.

Mery dijo...

José Ignacio: como bien apuntas, la vida cotidiana tiene mil ejemplos de reflejos condicionados.
Un beso agradecido

Mami: eso es lo engorroso de estos sabios, que luego nos dejan quebraderos de cabeza en los exámenes. Tu tan graciosa como siempre, echo de menos tu blog. ¿Y eso del Somatolime? Cuéntame el resultado.Un beso

Parsimonia: el té moruno me encanta, pero no le pongo azúcar porque no me gusta nada endulzar los tés (con sacarina aún menos). ¿Dónde pone tu abuela luego azahar? Qué suerte tener tanto de eso por ahí abajo. Ya me contarás.
Un beso, morena.

José Miguel: buenísimo apunte el tuyo de añadir dos eslabones mas. Ojalá actuaran por sí mismos como por ensalmo. Pero tomo nota, total, un poco mas larga la cadena me dará mayor libertad ¿no se dice eso? Pues eso Un beso de mañana

enrique dijo...

Yo soy más pauloviano de lo salado, para disgusto de mi endocrina...

Jesús Cotta Lobato dijo...

Probablemente el té con pastas no engorde. Así que deja de preocuparte y disfruta de tu té con pastas.

Anónimo dijo...

Mery, eres muy "british" con el té y eso es perfecto, pero el té moro auténtico tiene tres cucharadas de azúcar por persona, ja, ja. De verdad, mi abuela a vivido en Tetuán muchos años y conoce bien las costumbres de allá.
Yo también le rebajo el azúcar porque no me gusta lo excesivamente dulce.
PD: No soy morena, más bien castaña-pelirroja, ja, ja.
Besos con teína.

Olga Bernad dijo...

Jeje, he estado algo desconectada. Pero tengo ganas de leer yo esas cosas del gimnasio desde que conté las mías y me dijiste que te ibas a animar. Como te extiendas, me animo yo a escribir sobre la lucha contra las depiladoras y el avance de las ingles brasileñas, que es un reto más fuerte que prescindir de las galletitas...
He disfrutado del te incluso sin gustarme, es lo que tiene la vida virtual;-)
Un besazo y muy buen finde.

Juan Antonio González Romano dijo...

El gimnaso te sirve para poder tomarte un par de galletas sin remordimientos, pero no para adelgazar. Te aprieta las carnes, cosa que a nadie le viene mal, pero lo de adelgazar es una cuestión bien distinta. Te lo digo por experiencia propia, yo que perdí treinta kilitos de nada en un par de años...

Un beso. Voy a tomarme un bombón, que me has abierto la vena golosa a mí también.

Mery dijo...

Enrique: pues tanto mejor el salado, es menos dañino. Yo soy pavloviana de ambos, ay, Dios.

Jesús: de hecho no es mala combinación el té con pastas. Lo malo es no saber poner un tope.

Parsimonia: así que eres castaña-pelirroja. Menuda sex bomb.

Olga: ¿nos animamos a amenizar al personal con historias del gimnasio? Yo tengo varias en mente, así que, cuando quieras.

Juan Antonio: si tienes mas razón que un Santo: lo del gimnasio a secas no te adelgaza un gramo. Por eso intento quitarme al Pavlov del picoteo de encima.

Un beso a todos. Os deseo un felicísimo fin de semana

Anónimo dijo...

Yo también soy de gimnasio desde hace algunos años ya y, contrariamente a lo que muchos piensan, en el gimnasio se engorda. Me explico: el músculo pesa más que la grasa, y cuando ésta es sustuida por aquella, se aumenta el peso. Eso sí, se pesa más pero se gana en estética y en salud. La servidumbre: no poder dejarlo, porque vuelven entonces, oh, las fofeces.
Pero seguro que a ti, querida Mery, no te hacen falta milagros para estar radiante.
Besos marbellíes.

Mery dijo...

Octavio: qué haría yo sin estos piropos marbellíes, con olor a mar y arena.
Esto del gimnasio tiene sus muchos beneficios (tienes razón con lo de adelgazar y pesar mas, es lógica pura).Acabo de empezar ahora mismo con una serie de entradas sobre la vida en el gimnasio, que no todo va a ser machacarse impunemente.

Un beso madrileño y feliz fin de semana.

Madame X dijo...

Ay, Mery, como se nota que llega la primavera con sus propósitos de enmienda... [Y digo yo... ¿porqué, con tanto avance tecnológico y científico, no inventan alguna pastillita-milagro que nos disuelva el michelín sin dejar de ser pavlovianas ni nada?] En fin, condenadas a lechuga y fitness.

Mery dijo...

Madame: amén a todo, veritas veritatis.

Javier dijo...

Hija mía ¡¡Qué la vida está muy triste como para privarse de estos pequeños placeres!!

Mery dijo...

Pe-Jota: no pienso privarme casi de nada. Sölo me falta controlar un poco ese "casi". Jajaja
Un beso