martes, 5 de febrero de 2008
DESIDIA
Hoy he amanecido perezosa como otros tantos dias, con pocas ganas de poner pié en tierra y cabeza en marcha. Me esperaban dos directores de banco , varios papeles para ordenar y releer y mi agenda de papel pizpireta y naranja. Como buena chica que soy he atendido a mis deberes con una premura contraria a mi talante , pues mi mayor deseo era volver cuanto antes a casa para sentarme delante del ordenador y aislarme del mundanal ruido. Hay dias en que no quisiera oir palabra humana alguna, en que desconectaría los teléfonos y el timbre; mi único contacto con el exterior sería la ventana de mi salón, y mis ojos sólo mirarían intermitentes bien la tv sin sonido , bien esta pantalla luminosa de mi PC. Ni siquiera sé si oiría música alguna, de tan sorda como quiero ser. Y muda. También muda.
Pero nada, mi familia siempre acecha al teléfono, mi trabajo me despereza de tanta tontuna, y la vida no me permite dormirme en los laureles mas que lo imprescindible. Será posible. Ah, y no he contado que, de vuelta a casa, con mis tacones de ejecutiva nada agresiva, mi bolso rojo lleno de nuevas tareas y números sin firmar, he parado a hacer la compra cotidiana. Vamos, igualito, igualito que un macho ejecutivo..... ¿a que si ?
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1 comentario:
Esos tacones, morenaza... por los que moriría más de uno, que lo sé yo. :-)
[Igualito, igualito, NO... con mucho más glamour.]
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