He pasado la tarde con Flor, Merche y Lidia. Como siempre primero hemos ído al cine, que suele ser la excusa para combinar una buena merienda con palabras, porque en realidad lo que nos gusta es vernos y que cada cual cuente lo que tenga que contar. No sé muy bien qué reglas ocultas rigen estos encuentros, pues de forma natural y sencilla suele ocurrir que una de nosotras tome la palabra y la reunión pase a tener un monotema que desarrollar ad infinitum. Hoy le ha tocado el turno a Flor, pero hoy estaba cantado que hablara ella. Flor ha tenido su tercera cita con Alvaro, uno de sus contactos de internet. El asunto comienza a tener miga, y cuento por qué : ambos están separados, con hijos creciditos y por consiguiente libres de ataduras, con mucho atractivo para el otro sexo y liberados de mente y cuerpo, se gustan a rabiar y cuando están juntos no consiguen mantener alejadas sus bocas. Pero hay una pequeñez que no logran salvar: Alvaro solo quiere encuentros esporádicos porque ella no es la única en su harén, aunque ahora parezca ser la favorita ( eso nadie lo duda). Y Flor no quiere ser favorita de harenes, sino Sultana soberana de su corazón, además de su boca. Lidia, Merche y yo sospechamos a estas alturas de la conversación que ha habido mas que besos y revolcones sobre un sofá fino de color beige, pero si ella no quiere contarnos mas, a callarse todas, que los detalles escabrosos pueden esperar . Entre que yo opino y tu también nos han dado las 11 de la noche, se nos ha acabado la merienda y hemos pedido café.
Un silencio de recapacitación y vuelta a las trincheras.
Flor, entre dolida y serena, nos dice que él no la va a llamar mas porque le ha dejado muy clarito lo que ella quiere. Merche lo ve así también, pero como va estando cansada ya no se molesta mucho en defender su idea y se limita a emitir sonidos tipo ummm, ahá, muy típico en ella cuando el tema deja de interesarle. Lidia y yo tenemos la certeza de lo contrario. Alvaro es un apuesto madurito maestro en estas lides y tiene a mano el capote, las banderillas, los picadores, el estoque y la cuadrilla entera para rematar la faena de la temporada. Se ha encerrado, como Jesulín, en la plaza con sus X vaquitas para él solo (ó x + 1, quién sabe ya ) y quiere salir a hombros por la puerta grande ....... .....Curioso, muy curioso, cómo he pasado de harenes orientales al arte del toreo, debería analizar esto con un psicólogo ¿no?
Casi daban las 12 en el reloj cuando decidimos levantar el tenderete, exhaustas de imágenes e hipótesis, y con una apuesta en el aire : dos a dos a que de nuevo el Galán asoma, o no, por email en la vida de Flor. Como que se va a perder ese cuerpo serrano recién conquistado. Ahora a esperar toca, aunque algo me dice que no esperaremos mucho. Un par de besos multiplicados por 3, ya nos contarás, no habrá nada que contar, bueno ya veremos, jajajaja.....y hasta otro dia. Por cierto, la próxima vez elijo la película yo.
Mery
6 comentarios:
Yo pienso que cuando dos personas buscan lo mismo, pues ya está. Flor quiere una cosa y Alvarito quiere otra, diferente.
No es cosa de moralismos o juicios, es tan sencillo como intereses divergentes.
Flor debe buscar lo que necesita y Alvarito dirigir sus miradas hacia otras fronteras.
¿Por qué los seres humanos nos complicamos hasta en lo más sencillo?
Veo que ambos razonáis muy bien lo que está mas claro que el agua, pero ya sabéis el dicho : el corazón tiene razones que la razón no entiende. Y es cierto, a los seres humanos nos gusta complicarnos la vida en todo.
Rafa, bienvenido. Espero que me visites cuando quieras.
No sé qué pensar. Es posible que el tal Álvaro aparezca, por aquello de rematar la faena. Lo que veo improbable es que él cambie. A lo mejor no quiere embarcarse en una relación de pareja y le va muy bien tal como está, por mucho que le guste tu amiga Flor. Tres citas son pocas citas para cambiar la vida de un hombre. Ojalá me equivoque y Flor consiga el sultanato.
Besos:
X
Cuando un hombre no se quiere comprometer, te aseguro que no pasa por el embudo, y aún siendo gay te lo puedo afirmar que en eso todos cojeamos del mismo pie.
Como diría un buen amigo con lo bella y florida que es la primavera para qué quedarme con un solo capullo.
ainsss que inconsistentes somos el género masculino.
Supongo que él lo volverá a intentarlo tantas veces como ella le siga el juego. Muchos hombres son así: mientras haya cervezas en el frigo, no dejan de visitarlo.
Por cierto, yo prefiero un buen vino a la cerveza.
Pues no sé que apostar. Porque sería muy sencillo aplicar la racionalidad y concluir que si lo que cada uno quiere no es lo mismo que lo del otro, adios muy buenas. Y no sólo es que el corazón tenga razones que la razón no entiende, sino que a veces, lo que creemos querer, a lo mejor no lo es tanto. Quizá Flor descubra, si Alvaro no la llama, que tampoco es que desee ser sultana; a lo mejor, es Alvaro el que se da cuenta de que estando con Flor no echa en falta a las otras de su harén. En todo caso, maduritos (lo dices tú) pero seguimos metiendo en el mismo saco el amor y todos sus otros aditamentos. Un beso.
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